Toluca, Edomex. 16 de diciembre de 2016.- Han pasado dos años de haber explotado el escándalo de la “Casa Blanca”, y apenas anoche la Cámara de Diputados Federal aprobó por mayoría la creación de una comisión legislativa que investigue al Grupo Higa, propiedad del empresario consentido del peñismo, Juan Armando Hinojosa. Ha transcurrido tanto tiempo desde que el conflicto de interés se volvió un problema para el actual gobierno, que incluso ya hay una legislatura distinta. Ahora sólo falta esperar que las prácticas dilatorias legislativas concluyan por nunca sancionar a nadie ni cambiar en nada los grandes negocios de Juan Armando con la actual administración.
En poco más de cuatro años de gobierno, el peñismo ha otorgado contratos millonarios a favor de Grupo Higa a través de 25 dependencias federales, incluidas la SCT, ISSSTE, IMSS, Pemex, Fonatur y Bancomext, entre otros. Tras el hallazgo de la Casa Blanca y la defenestración de Juan Armando Hinojosa, las ganancias del Grupo Higa por tratos gubernamentales han disminuido. Sin embargo, el empresario tamaulipeco se ha erigido como un bróker para abrir puertas y cerrar negocios con otros grupos empresariales y el gobierno peñista.
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El último evento oficial del año que encabezará el presidente Enrique Peña Nieto será en Ecatepec, Estado de México, con motivo del aniversario luctuoso de José María Morelos y Pavón. El escenario cívico vendrá a poner mayor efervescencia a la cada vez más cercana decisión sobre el próximo candidato a la gubernatura. El próximo 22 de diciembre, estarán los cinco o seis personajes, que han entrado en la etapa final; y que un mes después conocerán al abanderado priísta ungido. En el bastión electoral del Grupo Atlacomulco la decisión tendrá variadas y profundas consecuencias políticas en los tiempos sucesorios de 2017 y 2018.
La decisión unipersonal de Peña Nieto involucrará la opinión particular de Eruviel Ávila, quien podrá tener derecho de voto o veto, pero no ambas. El atlacomulquense buscará el consenso de los exgobernadores. Alfredo del Mazo y Arturo Montiel son las voces de mayor influencia en la toma de decisiones del peñismo. Ahí se encuentran los dos ejes de la decisión final, siempre polarizados, porque en caso de no encontrar puntos de coincidencia en sus proyectos, el más beneficiado sería un candidato o candidata que concite afectos, simpatías, lealtades y componendas.
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El escenario financiero para el próximo año es desalentador. Los 125 municipios del Estado de México calculan que tendrán un recorte del 3 por ciento de sus participaciones federales y estatales. Las medidas de contención del gasto podrían incluso generar recortes en la nómina o una disminución en los proyectos de obra pública. En donde los recursos públicos fluirán sin recato serán los programas sociales en pleno año electoral.
Pese a todo, hay dos proyectos de infraestructura que tienen garantizado su financiamiento en el Estado de México. Avanza pausadamente la construcción del Tren Interurbano México – Toluca que deberá estar listo en un plazo de doce meses para ser inaugurado por el presidente Enrique Peña, no así por el gobernador Eruviel Ávila. En paralelo, se edifica el nuevo aeropuerto internacional en Texcoco, que ya no tocará entregarlo a Peña, pero se erige como el principal proyecto de infraestructura del sexenio.
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