La asunción de Humberto Moreira tiene preocupado a uno de los finalistas por la candidatura del PRI a la gubernatura del Estado de México. Se trata del diputado de ascendencia libanesa Ernesto Nemer. La historia nos indica que Moreira es un alumno avezado de Elba Esther Gordillo, quien permanece enemistada con Emilio Chuayffet, mentor político de Nemer. En esa ecuación, el CEN del PRI con derecho a veto, podría ser el impedimento político para que Ernesto fuera candidato.
En contraste, los afectos de Gordillo Morales están con Alfredo del Mazo Maza. Así lo muestran algunas señales desde la campaña de Del Mazo a la alcaldía, a cuyo cierre proselitista asistió Jorge Kawaghi, dirigente nacional del PANAL. Y a su primer informe de gobierno acudieron Roberto Campa, excandidato presidencial; así como Reyes Tamez, su coordinador parlamentario en San Lázaro, ambos muy cercanos a la maestra. No hay que pasar por alto que el padre de Del Mazo Maza, Alfredo del Mazo González, en un acto de lealtad, dejó en 2003 la diputación federal, cuando Elba Esther Gordillo fue removida de su cargo como coordinadora del Grupo Parlamentario del PRI.
La entrada de Humberto Moreira al PRI nacional trajo consigo una nueva disposición estatutaria que establece que “el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI o el secretario general del mismo no podrán ser postulados como candidato o candidata a Presidente de la República, a menos que se separen del cargo con seis meses de antelación al inicio del proceso electoral federal correspondiente”. Si la misma premisa prevaleciera, por congruencia, a nivel estatal, se debería descartar a Ricardo Aguilar Castillo de la posible candidatura a Gobernador. Pero parece que la nueva norma sólo obedece al dicho “Hágase la Ley pero en los bueyes de mi compadre”.
No es coincidencia que ayer el Gobernador Enrique Peña develará un busto y la nomenclatura de una calle de la capital mexiquense en homenaje a Nemesio Díez, el legendario dueño del equipo de fútbol Toluca. Ante la víspera electoral, se debe recordar que la afición toluqueña ha combinado su uniforme escarlata con el color rojo que caracteriza al priísmo. Fue la premonición de que sus grupos de porristas cambien banderas futboleras por las que conllevan una intención proselitista. Nadie olvida, como hace 12 años Arturo Montiel se quitaba la playera en medio de la Perra Brava, en medio de un sinfín de mentadas de madre, buscando el voto a nivel de cancha. Otro dato, es que el nuevo presidente del club, Santiago Velasco, es nada menos que primo de la secretaria de Desarrollo Urbano, Marcela Velasco, y durante muchos años fue parte del gabinete de Arturo Montiel, como director del ISSEMYM.
A pesar de que los Diablos Rojos andan alicaídos tras la derrota contra Morelia que le propinó 6 goles a 1. Los estrategas priístas han recomendado que el fútbol y la política han dado buenos resultados, salvo aquella ocasión en que José Cardozo, el ídolo de los toluqueños apareció en un cartel que promocionaba la candidatura de Leonardo Bravo a la alcaldía de Zinacantepec. El asunto, para quien no lo recuerde, estuvo a punto de aplicarle la expulsión al delantero paraguayo, por el uso de una fotografía de su jefatura de prensa a cargo de Mauricio Garduño.
No hay que perder de vista a Manlio Fabio Beltrones, quien apoyó en Sinaloa a Mario López Valdez; frente al priísta Jesús Vizcarra que respaldó Enrique Peña Nieto. No se puede descartar que Beltrones pueda meter la mano en el Estado de México para descarrilar al Grupo Atlacomulco en su intención de alcanzar la Presidencia de la República. El Senador está muy calladito, pero se sabe que teje fino en el Estado de México donde tiene muchos amarres y muchos conocidos. Su apuesta bien podría ser el alcalde de Ecatepec, Eruviel Ávila con quien ya ha sostenido encuentros.