Toluca, Edomex. 31 de agosto de 2016.- En la víspera del informe presidencial, Enrique Peña Nieto recibirá a Donald Trump, lo que derivó en una ola de críticas desde la oposición política y también de la opinión pública. Cuando el peñismo requería de mayor serenidad para enfrentar su cuarto informe, la Presidencia de la República sorprendió a todos para anunciar el encuentro entre Peña y Trump, en medio de los agravios que ha lanzado el candidato republicano a los migrantes, y la amenaza latente de fortalecer el muro fronterizo.
Enrique Peña le facilitará a Trump mesurar su dura postura frente a los mexicanos. Hoy en Los Pinos, Enrique y Donald posarán para una fotografía que será un artilugio electoral para el republicano. La decisión del peñismo parece desafortunada por los tiempos y las formas en que se ha conducido Trump. Si bien, el gobierno mexicano debe velar por una sólida relación bilateral sin importar el candidato o el partido, la visita de Trump agrava la aceptación del peñismo y facilita la crítica política en el momento menos oportuno.
Las reacciones vinieron desde el partido Demócrata que respalda a Hillary Clinton. En un inmediato comunicado de medios, el equipo de campaña de Hillary recordó que Trump “ha pintado a los mexicanos como violadores y criminales y ha prometido deportar a 16 millones de personas incluyendo niños y ciudadanos de Estados Unidos”. Para el equipo de Clinton, en la visita de Trump con Peña Nieto no debe pasar desapercibido la postura del republicano cuando llama al voto de sus simpatizantes, por encima de su discurso en México. La impericia del peñismo no es un asunto que pueda pasar desapercibido.
A propósito de los compromisos de Peña Nieto como candidato presidencial, una revisión detallada da cuenta que sólo se han cumplido 61 de 266 promesas de campaña. Es decir, apenas se ha concretado el 23 por ciento de los compromisos en casi cuatro años de gobierno. Los activos del peñismo no encuentran un capital positivo que anunciar en el informe presidencial. Un gobierno que incumple puede ser un arma letal en tiempos electorales por delante.
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Una mala broma cometió el equipo de Eruviel Ávila en su declaración patrimonial. El gobernador mexiquense tiene menos propiedades y dinero que cuando fue candidato. La transparencia y la rendición de cuentas parecen no encontrar herramientas de ejecución. La clase gobernante es inoperante, incierta, ineficaz, abusiva y hasta omisa. Al equipo de Eruviel, de memoria muy corta, se le olvidó la evolución inicial de cuando el ecatepense la presentó en mayo de 2011, y ahora resulta que Ávila se ha empobrecido.
Eruviel Ávila ya prepara su talk show, a manera de su quinto informe de gobierno. Es el penúltimo acto en el que Eruviel rinda un balance de su sexenio. Tras ese acto, vendrá una curva descendente de su influencia en el ejercicio del poder. Ahora sí, derivarán los tiempos electorales para promover el ascenso al poder y la influencia del candidato del partido oficial, aunque en esta ocasión parece que no se encontrará con el triunfo garantizado. La contienda del año entrante se advierte con alta competencia.
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