Toluca, Edomex; 8 de julio de 2019.- Enrique Peña Nieto prometió retirarse de la vida política desde el pasado 1 de diciembre. A la distancia, parece no haber semana que no se hable de su vida privada, o bien, de los escándalos políticos de su sexenio. Desde su divorcio con Angélica Rivera hasta su romance con la modelo Tania Ruiz, pero el exgobernador mexiquense parece resistirse al exilio personal. Una ocasión aparece en una boda; semanas más tarde en pleno baile de unos quince años; y para cerrar la novela, junto a su tutor, Arturo Montiel.
Ayer mismo, el periodista Raymundo Riva Palacio revelaba que Peña Nieto hizo maletas y se fue a vivir a España. Tras la andanada que persigue a Emilio Lozoya y Arturo Elías Beltrán. La siguiente en la lista de indagatorias sería Rosario Robles. Para bajar su perfil, el atlacomulquense decidió refugiarse en España, y regresar al país hacia las elecciones intermedias de 2021. Enrique, sin embargo, parece tener injerencia en la vida interna del PRI, y en gran medida, deberá sostener decisiones en el gobierno delmacista pasado su segundo informe.
Ayer mismo, el portal Cuna de Grillos, especializado en un periodismo rosa de las élites políticas, divulgó la fotografía donde aparecen Enrique Peña y su novia Tania Ruiz, acompañados de Arturo Montiel y su esposa Karla Cortés. La normalización de la vida pública del Grupo Atlacomulco. El tutor y el alumno siempre han tenido cercanía y lealtad, pero desde hace más de una década ese vínculo había quedado en privado. Más allá de la reunión afectiva, de amistad, su revelación siempre conlleva a una connotación política.
Peña y Montiel han compartido sueños, transitado juntos, sobrepuesto a avatares, guardado confidencias, y al parecer se han enamorado el mismo número de veces. El exilio de Enrique será físico, pero jamás político. Ahí, en el afecto del expresidente se encuentra Del Mazo, por parentesco y vigencia; y en segundo orden, Montiel, por tutelaje y cercanía. Eruviel está desdibujado; y César, tras las últimas derrotas, ya puede darse por pagado.
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La historia es cíclica, o simplemente en el PRI no entienden y no aprenden. Alejandro Moreno resiste el fuego amigo. “Alito” enfrenta hoy acusaciones por su riqueza patrimonial, similares a las que llevaron a Arturo Montiel a su defenestración pública hace casi 15 años. El exgobernador de Campeche podría tener la dirigencia nacional del PRI en la bolsa, pero no garantizada su permanencia. El priísta tiene una mansión de 46 millones de pesos que no encuadra con sus declaraciones de ingresos. La corrupción hasta el tuétano.
Humberto Moreira se convirtió en dirigente del PRI hace ocho años. En la víspera de la campaña presidencial, estuvo acusado de falsedad de documentos para endeudar a Coahuila por más de 30 mil millones de pesos. El primogénito de la familia renunció, se exilió en España, y su vida política fue sepultada. Moreno siente el poder para el 2019, aunque se encamina a la descalificación personal de cualquier ambición futura. Adiós 2024.
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