Toluca, Edomex. 08 de febrero de 2019.- López Obrador regresa al Estado de México. Visitará el sur y el oriente de la entidad en menos de una semana. El tabasqueño parece tener aquí su lugar favorito para “placearse”, hacerse sentir, y lanzar acciones vinculadas con su mandato. Del Mazo también hará presencia en una relación política de conveniencia. El morenista y el priísta han encontrado alternativas de entendimiento. Han superado los tiempos electorales. Incluso hay elementos que los unen en sus próximas giras.
Mañana estará en Tejupilco con la anfitrionía del expriísta, Anthony Domínguez, ya ataviado como alcalde morenista. El muchacho consentido de Cruz Roa todavía hizo campaña por Del Mazo en 2017. Un año después, marginado de las candidaturas priístas, se refugió en la ola del morenaje e hizo campaña para López Obrador. Por cierto, Andrés Manuel tiene afectos con el sur del estado desde su primera campaña presidencial. En doce años de campaña nunca dejó de visitar la zona más abandonada del estado. Ahora regresa hecho presidente.
El jueves de la próxima semana visitará Chimalhuacán, el principal bastión electoral de Antorcha Campesina desde hace dieciocho años. La gran incógnita es la actitud que mostrará López Obrador frente a la organización política que ha fustigado sistemáticamente, vinculada con concesiones irregulares de gasolineras, de corromper las más altas estructuras políticas y de estar encabezada por una élite corrupta y enriquecida al amparo del poder.
Más incierto es, si Jesús Tolentino Román -cacique antorchista- tenga la desvergüenza de asistir a un evento donde sería altamente cuestionado. Ahí, Andrés Manuel lanzará un programa de becas escolares para chavos de escasos recursos, pero se prevé que no perderá oportunidad para desnudar a sus autoridades municipales. Para colmo de males, el movimiento antorchista nunca ha sostenido una buena relación política con Del Mazo -en 2011 se la jugaron con Eruviel-, como para sentirse arropado en un evento morenista. Y aunque el gobernador les ha otorgado obras de infraestructura y otras prebendas sociales, Tolentino no deja de chantajear, de protestar, de bloquear calles y de amagar con sus huestes clientelares. También ya se manifiesta con alcaldes entrantes.
Ahí, Alfredo y Andrés Manuel tienen algo en común: su animadversión antorchista, una organización que lucra con la pobreza de sus seguidores, se moviliza al margen de la ley, y a veces fuera de ella, para alcanzar beneficios personales de la pareja dominante: Tolentino Román y Maricela Serrano.
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¡Vaya finura la mostrada por Eduardo Zarzoza! Mientras se discutía la Ley Taibo, una reforma legal que aplastaría las resistencias priístas, el diputado oriundo de San Felipe del Progreso subió a tribuna para lanzar arengas en contra de la ley, en contra de Paco Ignacio Taibo y de la bancada morenista. Las frustraciones de la fracción priísta se reflejan en cada intento de fijar una postura de oposición. Ayer Zarzoza mostró el cobre, envalentonado por su coordinador René Juárez, y de sus protectores en el estado, identificados por el valle de los espejos, que le han permitido saltar de una legislatura a otra durante los últimos doce años.
Esa no es la oposición que vaya a generar contrapeso al gobierno federal, y para imitar la desfachatez de Gerardo Fernández Noroña se requiere de espontaneidad. No se trata de ser fifí o chairo, austero o no, sino de mostrarse auténtico, y ser firme, convincente y tampoco lo consiguió.
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