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OFF THE RECORD

Toluca, Edomex. 1 de marzo de 2019.- El aniversario de la fundación del Estado de México, mañana 2 de marzo, siempre ha representado una coyuntura política, social y mediática para que el gobernador en turno haga un relanzamiento de su mandato. En algunos otros tiempos, también ha servido para hacer los “destapes” de sus aspiraciones presidenciales, cuando está cerca el fin de su sexenio. Y en otros casos más, ha sido una fecha usada para anunciar cambios en el gabinete o proyectos estructurales del gobierno en turno.

Alfredo Del Mazo necesita con urgencia fijar su postura política como el gobernador priísta de mayor influencia en los siguientes cinco años. Y desde ahora, encontrar cuáles son las prioridades de su gobierno, una vez que ha superado ese primer año para el olvido donde se la pasó en el reparto del salario rosa. Rebasar el apoyo irrestricto al presidente López Obrador, y mandar un mensaje a sus aliados y adversarios sobre su manera de gobernar. Es una especie de informe de gobierno, donde el mensaje político marque un antes y un después al interior de su gabinete; y en su relación hacia el exterior.

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La Cámara de Diputados Federal aprobó la Guardia Nacional en las mismas condiciones que lo hizo el Senado de la República. Mientras los legisladores federales discutían el dictamen en San Lázaro, y Del Mazo refrendaba el apoyo de los priístas mexiquenses; al Estado de México, eran mandados 450 militares para que no haya duda de cuál será el papel que jugarán las fuerzas armadas por encima de los mandos civiles del nuevo cuerpo de seguridad. La incapacidad institucional de las policías preventivas sólo fortalecerá la presencia militar.

La semana entrante, la Legislatura Estatal será una de las primeras en avalar las reformas constitucionales que dan paso a la Guardia Nacional. El consenso es unánime. No se requiere de operación política alguna. Algo está claro, la mayoría de los diputados locales no saben y no se interesan por conocer el fondo de lo que aprobarán sin resistencias. Algunos otros, sólo se refieren a la Guardia Nacional bajo lugares comunes de seguridad pública, derechos humanos y respeto a la legalidad, pero sin un estudio o un conocimiento de las reformas.

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El rector de la UAEM, Alfredo Barrera Baca rendirá su segundo informe de labores el próximo domingo. En la víspera, López Obrador ha retomado las indagatorias sobre la Estafa Maestra y han resurgido señalamientos a una decena de universidades públicas que signaron contratos con múltiples irregularidades. Por tanto, la comunidad universitaria no puede ser omisa ni cómplice de los expedientes abiertos, y las irregularidades que brotan recientemente.

Esa coyuntura por rendir cuentas, debe adaptarse a los nuevos tiempos; no convertirse en un mero “besamanos”, y deslindarse del pasado, para no mancharse de conductas anteriores a su rectorado. Está a tiempo, y cuenta con el beneficio de la duda de académicos, administrativos y alumnos. La complacencia no puede ni debe ser un síntoma de la autonomía universitaria.

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