Redacción
Toluca, Edomex; 23 de septiembre de 2019.- A pesar del crecimiento económico y la inversión extranjera directa alcanzada por el Estado de México durante los últimos 24 meses, las mayores dificultades del gobierno encabezado por Alfredo Del Mazo se ubican en la creación de empleos.
En los primeros dos años de gestión, los números presentados por el mandatario estatal apuntan a la generación de poco más de 205 mil nuevas fuentes de empleo. La cifra del primer tercio de su mandato, es apenas una quinta parte del compromiso fijado por Del Mazo para su sexenio: un millón de empleos.
De mantenerse la tendencia mostrada, el titular del Poder Ejecutivo apenas podría cubrir una suma de 600 mil empleos durante los seis años. El resto, las casi 400 mil nuevas fuentes laborales podrían verse frustradas en la meta económica.
El 15 de septiembre de 2017, tras haber rendido protesta como gobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo anunció que la construcción del aeropuerto internacional en Texcoco detonaría 450 mil empleos, los cuales dijo, buscaría se quedarán entre la población de la zona oriente. Sin embargo, 13 meses más tarde, el entonces presidente electo Andrés Manuel López Obrador determinó cancelar las obras del aeropuerto peñista, y la proyección de puesto de trabajo se derrumbó para el delmacismo.
En paralelo, la creación de empleos a nivel nacional se ha desplomado durante el primer semestre de 2019. El Estado de México registró una disminución del 60 por ciento con relación a la generación de fuentes de trabajo del mismo periodo del año anterior.
Para el mes de junio, el Instituto Mexicano del Seguro Social registró 276 mil 694 de empleos temporales; además de un millón 367 mil 669 de empleos formales. La cifra de empleos formales durante el primer semestre del año, detalla que en el Estado de México se han creado apenas 17 mil 167 nuevas fuentes laborales. La suma está muy por debajo de los 56 mil 860 empleos registrados durante el primer semestre del año pasado.
De acuerdo con el INEGI, al inicio del gobierno delmacista, en septiembre de 2017 existían 7 millones 662 mil personas como Población Económicamente Activa (PEA); de los cuales 7 millones 326 mil reportaban ocupación; y cerca de 336 mil 159 personas estaban desocupadas.
Dos años más tarde, existen 8 millones 73 mil 781 mexiquense como PEA; de las cuales 7 millones 705 mil 744 mexiquenses tienen alguna ocupación; en contraste, 368 mil 37 personas están desempleados. De estos, cerca de 170 mil 600 desempleados tienen educación media superior o superior.
La precariedad salarial sigue como una premisa pendiente. El mismo INEGI calcula que un millón 147 mil 758 mexiquenses apenas perciben un salario mínimo; cerca de dos millones 929 mil 189 empleados ganan hasta 2 salarios mínimos; y un millón 572 mil trabajadores cuentan hasta con 3 salarios mínimos.
Apenas 155 mil 427 empleados tendrían ingresos superiores a los 5 salarios mínimos.
Como parte del eje económico, Alfredo Del Mazo se planteó convertir al Estado de México en el centro logístico del país, a partir de impulsar la conectividad entre regiones, y otras zonas del país que convergen en el Valle de México.
En materia de Inversión Extranjera Directa, paulatinamente se han mostrado mejorías. En 2017, el último año de la administración de Eruviel Ávila, el Estado de México sumó una inversión de tres mil 768 millones de dólares, para ubicarse en la segunda entidad a nivel nacional, solamente detrás de la Ciudad de México con una captación de cuatro mil 933 millones de dólares.
En 2018, el primer año completo del mandato delmacista, el Estado de México retrocedió varios escalones, con una inversión de dos mil 252 millones de dólares; que lo situó en quinta posición, por debajo de Ciudad de México, Nuevo León, Coahuila y Guanajuato.
En el primer semestre de este año, la entidad mexiquense ha alcanzado una inversión de mil 405 millones de dólares, para recuperar la segunda posición nacional, sólo detrás de la capital del país, con cinco mil 305 millones de dólares.
Sin embargo, la desaceleración económica marcada tanto a nivel mundial como en las cifras nacionales, anticipan indicadores negativos en el crecimiento del Producto Interno Bruto; así como la aportación del Estado de México para el PIB nacional. Las expectativas para el próximo año tampoco son muy alentadoras.
Asimismo, la cancelación del Aeropuerto Internacional de Texcoco podría tener como corolario el incumplimiento de otras proyecciones de infraestructura.
Desde septiembre de 2017, Alfredo Del Mazo anticipó que promovería el Mexibús que correría de la zona de Naucalpan al nuevo proyecto aeroportuario en Texcoco. En la víspera, los gobiernos de México y del Estado de México comenzaron el análisis para conectar el tren de Lechería hacia la región de Santa Lucía donde se prevé edificar el aeropuerto impulsado por López Obrador.
En su momento, Del Mazo se comprometió a desarrollar un transporte de alta capacidad de Chalco a La Paz, sin que hasta ahora existan proyecciones presupuestales del gobierno federal que permitan su ejecución próxima.
Otros proyectos en materia de movilidad, eran un Mexibús para municipios metropolitanos del Valle de Toluca; y otro Mexicable en la zona oriente de la entidad. A dos años del gobierno estatal tampoco existen avances que permitan el arranque de obras, o bien, la asignación presupuestal que anticipen su desarrollo en las zonas urbanas de gran impacto.
No sólo eso, hay obras de infraestructura del sexenio pasado que se encuentran paralizadas, tales como la construcción del Tren Suburbano México – Toluca; además de las autopistas Atlacomulco – Atizapán de Zaragoza, y la que conectaría Toluca – Naucalpan, que libran diversos obstáculos presupuestales, jurídicos y sociales, pero que requieren en gran medida voluntad política del gobierno federal para su conclusión.
