Toluca, Edomex; 14 de diciembre de 2022.- A partir de este miércoles 14 de diciembre, comenzará una cuenta regresiva de 30 días para el registro de coaliciones electorales que participarán en los comicios por la gubernatura del Estado de México de 2023. El escenario actual, resulta favorable para priístas y morenistas, cada quien por su lado, forzarán las condiciones de negociación con sus aliados políticos. Hoy, el poder de persuasión y convencimiento lo tiene PRI y Morena. El resto de los partidos, aportarán sus parcelas de votantes.
Morena parte como gran favorito. Desde las élites del gobierno federal se impulsa una coalición con PT y PVEM. Sin embargo, tanto petistas como ecologistas necesitan más de la alianza para la sobrevivencia; que morenistas de esa unión electoral para ganar los comicios por el empuje presidencial. En esa coyuntura, el partido guinda impondrá las condiciones que mejor le convengan, y con acuerdos cupulares desde las dirigencias nacionales.
Para el PT resulta cómodo, sumarse a una fuerza política con enorme base electoral; y mantener la franquicia como un negocio de financiamiento público. El Verde, experimentó un vertiginoso crecimiento en las preferencias, pero se imponen las componendas con el poder que deviene de Palacio Nacional.
El PRI por su parte, busca reivindicar el poder político que ha detentado por casi cien años, de los cuales, ochenta corresponden al Grupo Atlacomulco. Reconoce que para ser competitivos -ni siquiera para ganar- requieren de la aportación electoral de panistas y perredistas. Ahí está el núcleo de esta coalición. Lo cierto es que PAN y PRD, sin el aporte del priísmo, no habrían ganado la cantidad de municipios y un puñado de distritos electorales en los comicios de 2021.
Aunque venden la idea de concebir un gobierno de coalición, quizá la negociación sea suficiente si el PRI, logra asegurar una senaduría para el líder de la popularidad política dentro de los panistas locales; y en esa ecuación, también garantiza un porcentaje de votación a los perredistas, que les permita obtener una ganancia presupuestal para los años 2024 y 2025. No obstante, en la ley de probabilidades, nada está definido para el triunfo priísta en 2023.
Lo único que confirmarán las alianzas electorales es que, el objetivo final de todos los partidos políticos consiste en la repartición del poder público. No importan mucho los estatutos o plataformas ideológicas partidistas; se sobreponen las prerrogativas electorales, y más importante aún, el ejercicio del presupuesto público. El plan de gobierno y la candidatura resulta algo secundario. Hoy, la prioridad se concentra en ganar la elección del 4 de junio.
Morena y PRI han llegado al abismo, cuando falta un mes para el registro de sus alianzas electorales, y ellos han determinado las condiciones, los criterios y el reparto presupuestales y administrativo de los comicios de 2023 y 2024.
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