Toluca, Edomex; 5 de diciembre de 2022.- Este lunes, Alfredo Del Mazo cumple 47 años; y coincide que restan seis meses para la elección de la gubernatura del Estado de México. Por un lado, comienza el declive en el ejercicio del poder político que le fue heredado; y por otra parte, enfrentará el desafío electoral más complejo de su hoja de ruta, y en la historia del priísmo mexiquense.
Lo cierto es que, en este momento ha asumido un papel protagónico en la toma de decisiones de su partido. En su calidad de primer priísta, ha resuelto el camino para que la candidatura recaiga en su proyecto sucesorio en manos de Alejandra del Moral; y construye palmo a palmo, una alianza electoral con PAN y PRD que los vuelva competitivos, frente a la arrasadora estructura de Morena.
Su aprobación social es desfavorable; sin embargo, Del Mazo no se ha dejado llevar por presiones de grupos internos, ni externos; ha logrado convencer a exgobernadores, y le ha cerrado el paso a la dirigencia nacional de Alejandro Moreno. Se ha logrado instalar como uno de los gobernadores de oposición favoritos para el presidente, López Obrador. La elección está en sus manos.
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La dirigencia del PRI estatal designará esta semana a Mario Santana Carbajal como secretario de Organización. Es el priísta con mejores resultados electorales de las últimas dos décadas. En 2017, contribuyó al triunfo delmacista con un 4 a 1 en las urnas rurales de Villa Victoria, municipio que nunca ha conocido la alternancia. Su operación política, le ha permitido tener una relación extensa con los últimos cuatro exgobernadores. Buscará llevar su modelo electoral a los comicios del año entrante. Alejandra cierra la pinza con todos los grupos.
En esa ecuación, dentro de los informes municipales Del Moral ya tiene representación en todos los frentes políticos. En Toluca, asistió Alejandro Ozuna, convertido en coordinador de estrategia. Para Metepec, pasó lista su esposo, Mariano González. Y en Tenancingo, acudió Cruz Roa -coordinador regional-, quien hasta hace unas semanas era un defensor de los que nunca habían perdido elecciones.
Para algunos, el priísmo comienza a tejer un trabuco de mapaches, perdón, de operadores electorales entre Santana, Manzur, Indalecio, Cruz y Alfredo Torres, entre más nombres que se sumarán en las siguientes semanas.
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Mario Delgado entiende la importancia de la elección en el Estado de México. Acude diariamente a los informes de los presidentes municipales; se ha hecho presente en Ecatepec, Valle de Bravo y Texcoco. Arropa a Delfina Gómez, su virtual candidata a la gubernatura, y consolida la unidad morenista con todos los grupos políticos y en todo el territorio estatal. La presencia de Morena rebasa el oriente del estado, y eso lo hace un competidor electoral mucho más robusto que las condiciones en que afrontó los comicios de gobernador de 2017.
Delfina se deja querer, y reivindica las lealtades de las corrientes morenistas.
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Otro actor político que estará permanente en el Estado de México es Silvano Aureoles, el exgobernador de Michoacán que entregó la plaza a Morena el año pasado, ahora busca hacer labor electoral en tierras mexiquenses. Ha estado presente en los informes de Toluca y Metepec; y promete el regreso del PRD, aun cuando fue incapaz siquiera de hacer ganar a su paisano, Carlos Herrera, o de retener siquiera su bastión Zitácuaro. Soñar no cuesta nada.
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