Toluca, Edomex. 30 de enero de 2019.- Gerardo Ruiz Esparza, es a la fecha el hombre más cercano al finado exgobernador Alfredo Del Mazo González, y quien ha logrado la supervivencia de su trayectoria política por casi cuatro décadas. Hoy, fuera de la escena pública está dispuesto a asumir un liderazgo en la toma de decisiones del gobierno delmacista actual. Ayer, delineó una primera maniobra a su favor, en la designación de Rodrigo Jiménez Sólomon como director del Sistema de Radio y Televisión Mexiquense. Ruiz Esparza será un asesor de cabecera, y su ascendencia política será determinante en el futuro.
El longevo político trabajó con Del Mazo González como secretario técnico del gabinete y secretario general de gobierno. En la fallida intentona electoral por la jefatura del Distrito Federal, Gerardo fue coordinador de la campaña delmacista. En 2011, Ruiz Esparza era jefe del gabinete regional en Huixquilucan, desde donde destapó fallidamente al hijo de su tutor político a la gubernatura. A la muerte del exmandatario, muchos observan en Gerardo el consejero de cabecera para Alfredo hijo. Es un terreno que ambos conocen y asumen.
Protagonista por doce años acompañando a Enrique Peña Nieto. De los pocos secretarios que duró el sexenio de la gubernatura, y de los escasos que alcanzó a completar el sexenio presidencial. Operador financiero desde la construcción de carreteras del Estado de México y del país. Estigmatizado por la corrupción del socavón de Cuernavaca, los sobreprecios del Tren México – Toluca, y la opacidad del aeropuerto de Texcoco ya cancelado. Pese a todo, Ruiz Esparza parece imparable en el ajetreo político del círculo al que pertenece.
La dinastía viene por delante. Gerardo Ruiz Dosal -primogénito- ya cumplió un año y cinco meses como director general del Fideicomiso para el Desarrollo de Parques y Zonas Industriales en el Estado de México (Fidepar). Antes, su padre, le abrió paso en el sexenio presidencial, como jefe de oficina de Jesús Murillo Karam, entonces procurador general de la república. Tuvo un tramo corto como secretario de asuntos migratorios en la dirigencia nacional priísta. Con el empoderamiento de su padre en el estado, Ruiz Dosal puede dar un salto ascendente en los próximos meses.
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El futuro de Televisión Mexiquense es profundamente incierto. Los últimos ocho años, Carlos Aguilar tomó las decisiones de lo que allí ocurría. Impuso sus decisiones sobre Lucila Orive durante el sexenio eruvielista, que sólo acataba las órdenes de quien ayer salió de la televisora pública. Aguilar se adueñó del juguete de la televisora estatal desde septiembre de 2017, en la que apostó por el rating. Contrató cartuchos quemados de la televisión comercial para crear programas de escaso presupuesto y carentes contenidos. Algunas voces de la televisión comercial también inundaron las ondas hertzianas de radio mexiquense. Quiso implantar aquí una sucursal de Televisa con producciones artesanales.
Ahora, Rodrigo Jiménez, presume conocer de medios públicos por su paso en la SCT al lado de Ruiz Esparza. Tendrá el beneficio de la duda pero no es el perfil más idóneo en la directriz de los medios públicos del estado.
Otra vez Televisión Mexiquense como una encomienda de pagos políticos. Por aquí han transitado Alejandro Murat -gobernador de Oaxaca-; Marcela González Salas -hoy secretaria de Cultura-; Carolina Monroy –exsecretaria general del PRI-; Lucila Orive -exdirectora del DIF-; y otros tantos que poco le han aportado a los medios públicos de la entidad.
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