Toluca, Edomex. 11 de junio de 2015.- Lo mejor que le pudo pasar al gobierno de Eruviel Ávila Villegas es que se registraran las elecciones intermedias para acallar la mayor crisis de credibilidad que atraviesa su gobierno, vinculado con los casos de presunta corrupción con la empresa OHL que costó la chamba al secretario de Comunicaciones, Apolinar Mena. Pero que ha puesto al gobierno eruvielista en la mayor crisis de credibilidad que se tenga memoria frente a la evidencia de fraude y corrupción que impera entre el sector público y privado.
El caso OHL no puede pasar desapercibido ni ser olvidado, en tanto que aún no se esclarece la eventual existencia de irregularidades en la construcción, operación y administración de las obras carreteras del Circuito Exterior Mexiquense y del Viaducto Elevado Bicentenario. También falta por determinar las probables responsabilidades, omisiones o complicidades en que hayan incurridos funcionarios mexiquenses de los últimos tres sexenios, involucrados en las licitaciones con la constructora española.
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La próxima semana, una vez que ya se tenga un balance más amplio y certero de los resultados electorales, se advierte el regreso de Erasto Martínez Rojas y Adrián Fuentes Villalobos que dejaron vacantes las secretarías de Finanzas y Desarrollo Económico para irse a labores de mapachería… perdón, de operación politica para los comicios del 7 de junio. Se prevé se reincorporen a sus mismos cargos.
Erasto entregó en general buenas cuentas, al convertirse en el vigilante de Carlos Iriarte, y ganara prioridad que era Ecatepec. Mientras que Adrián Fuentes todavía se truena los dedos por sacar adelante la elección de Huixquilucan a favor de la causa priísta. Los comicios en Huixquilucan están en el aire, y los saldos para Fuentes pueden ser altamente negativos.
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Tras los comicios locales, podría reconfigurarse los liderazgos al interior del panismo del Estado de México. Las mayores sorpresas, y a la vez triunfos más significativos, son los casos de Naucalpan y Huixquilucan, donde los ganadores no son precisamente cercanos a Ulises Ramírez, el grupo dominante de los últimos diez años en el blanquiazul mexiquense. Y eso sin duda, podría mermar la influencia política del llamado Grupo Tlalnepantla.
Los casos de Edgar Olvera y Enrique Vargas, son por decirlo suave, adversarios de grupos antagónicos, a quienes les costó muy amplio esfuerzo ganar las candidaturas panistas y la campanada de ganar las elecciones, paradójicamente restan poder a Ulises y los suyos. En paralelo, el grupo de Luis Felipe Bravo Mena podría resultar el ganador del panismo local y formar un contrapeso a Ramírez.
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