Redacción
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el estado de México volvió a entramparse por disputas entre sus corrientes, quienes han decidido privilegiar sus intereses a solventar de manera transparente y clara la designación de sus candidatos a diputados y alcaldes, y avalar las coaliciones que sostendrán con el Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano para enfrentar la elección local del 1 de julio.
Las tribus perredistas volvieron a dar muestras que lo que menos les interesa es el bien del partido, sino prefieren anteponer los intereses de cada corriente.
El sábado pasado, el PRD debió haber realizado su consejo estatal para definir candidatos a alcaldes y diputados y aprobar el listado de municipios y distritos en los que irían en coalición con el PT y MC, pero un diferendo entre Nueva Izquierda (NI), que en el estado encabeza Javier Salinas y Alternativa Democrática Nacional (ADN), del senador Héctor Bautista, impidieron que todo transcurriera con normalidad y como se tenía programado.
En un hotel ubicado sobre Paseo Tollocan en Metepec, arribaron los integrantes del séptimo consejo estatal, aquel que fue electo en octubre pasado en medio de intensas irregularidades. Al momento de que la comisión nacional electoral dio a conocer su integración, todo se vino al traste.
Resulta que la corriente de Nueva Izquierda se había apoderado de once espacios que le correspondían al Grupo de Acción Político (GAP), corriente que se escindió del PRD en noviembre pasado pero, que algunos integrantes se quedaron en el sol azteca. No sólo eso, ADN acusó a NI de sustituir “ilegalmente” a otros 18 consejeros, de diversas corrientes y esos espacios ahora serían para Nueva Izquierda.
En total, NI contaba con 28 consejeros más a los que ganó en las urnas y le garantizaba una mayoría en el consejo y con ello, la posibilidad de imponer a los lugares 1, 3 y 5 de la lista de candidatos a diputados por la vía de representación proporcional.
ADN y sus aliados del GAP y Democracia Social impidieron que el séptimo consejo estatal fuera instalado bajo esas condiciones. Incluso obligaron al presidente de la comisión nacional electoral del PRD, Iván Textla, a señalar que él nunca avaló las sustituciones que pretendía NI.
Durante doce horas, los dirigentes de NI y ADN se sentaron a la mesa e intentaron darle una salida al diferendo. Al no llegar a un acuerdo, a las 22 horas del sábado, es decir, 10 horas después de lo programado, Nueva Izquierda dio el albazo e instaló el séptimo consejo estatal, con sólo 87 de 158 consejeros. Javier Salinas mandó traer al notario público 26, Hugo Javier Castañeda Santana para que diera fe de los hechos.
ADN y sus aliados desconocieron la instalación del séptimo consejo y operaron para que el dirigente del partido en el estado, Juan Hugo de la Rosa, publicara en un diario de circulación nacional, una nueva convocatoria al consejo estatal, llamando a los integrantes del sexto consejo, donde ellos tienen mayoría.
La secretaria general del PRD Ana Yuritzi Piñón Leyva, quien forma parte de Nueva Izquierda acusó de todo al dirigente estatal. Lo llamó ”irresponsable”, ”faccioso” y hasta “capo” por privilegiar el interés de su corriente al del partido.
Lo más grave para el PRD no es la confrontación que lo llevó a tener dos consejos programados para el martes para definir las candidaturas y aprobar el listado de los municipios y distritos en coaliciones, sino que el plazo para registrar alianzas ante el Instituto Electoral del Estado de México, vence el último minuto del martes para coaliciones en distritos y el jueves para coaliciones en municipios.
