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El Manual de Maquiavelo 31-05-2023

Francisco Ledesma / ¿Qué se necesita para ganar?

Mucho se especula sobre el resultado de las elecciones del Estado de México, y en repetidas ocasiones -a pesar de las encuestas acumuladas-, el ejercicio se realiza desde la especulación y el pronóstico de un oráculo. Hasta en eso se pretende tener la primicia, para adivinar quien ganará la elección, por encima de las tendencias, de lo falible que puede ser un cuestionario y un muestreo.

 

Sin embargo, en el entramado partidista -ese en el que se desenvuelven las candidatas Alejandra del Moral y Delfina Gómez-, desde antes que iniciaran las campañas electorales, tienen prospectivas muy contundentes de lo que se necesita para ganar, y desde esa meta establecida han ejecutado su proselitismo; su activismo, y tienen proyectada la movilización de sus votantes.

 

El primer escenario para contemplar el trabajo electoral, parte de los niveles de participación, cuya estimación podría alcanzar el 55 por ciento de los votantes: una cifra cercana a los 6 millones 900 mil mexiquenses que saldrán a las urnas. El segundo elemento, se determina en que sólo existen dos contendientes en la boleta; y por tanto, para ganar se necesita el 50 por ciento más uno: algo así como 3 millones 534 mil votantes. Ese es el objetivo central para triunfar.

 

Ahora bien, si nos avocamos a lo que dicen las encuestas, Morena obtendría alrededor del 55 por ciento de las preferencias electorales. Eso implicaría, una suma cercana a los 3 millones 800 mil sufragios. Se trata de dos millones de votos adicionales a los alcanzados por Delfina Gómez en la elección de 2017, o a la cantidad de sufragios conseguidos por AMLO en la consulta de revocación de mandato, realizada en abril del año pasado.

 

El morenismo está convencido de lograrlo por sí mismo, y de facto, también desestima lo que pudiera aportar el PVEM y el PT, a quienes ha sumado por consigna de la dirigencia nacional, y evitar una dispersión del sufragio antipriísta.

 

En esa misma lógica, Alejandra del Moral obtendría el 43 por ciento de la intención del voto, con una suma de 2 millones 900 mil votos, casi la misma cantidad de sufragios conseguida por Eruviel Ávila hace doce años. La diferencia sería abrumadora, por casi un millón de sufragios de distancia con relación a Gómez Álvarez, y una ventaja de dos dígitos a favor de la morenista.

 

Sin embargo, el PRI es la maquinaria electoral que funciona como ingeniería suiza, y eso explica que jamás haya perdido el gobierno del Estado de México. Y en esa ecuación, asume que puede conseguir un empate técnico, si las cuentas de sus aliados electorales le permiten volverse competitivo en la batalla.

 

El voto duro del priísmo, entre 2005 y 2021, alcanza cerca de los dos millones de sufragios -los alcanzados por Alfredo del Mazo hace seis años-. En el escenario más desalentador del PAN, podría aportarle cerca de 600 mil votos, conforme a los comicios de gobernador de 2011 y 2017 (aunque el compromiso de Marko Cortés es de 800 mil sufragios). Mientras que, entre PRD y Nueva Alianza, apuesta por medio millón más de sufragios.

 

Bajo ese supuesto, Alejandra del Moral alcanzaría cerca de 3 millones 100 mil votos. Para alcanzar el empate técnico, le faltan alrededor de 400 mil sufragios, que podrían sumarse de los nuevos votantes, de un golpe de suerte del panismo, de las beneficiarias del salario rosa, de los poderes fácticos -los famosos conservadores anti AMLO-, y otro segmento de indecisos que determina el sufragio cuando llega a la urna el día de la jornada electoral.

 

Si el PRIAN rebasa el techo de los 3 millones 400 mil votos, habrá cerrado la contienda, y la elección se definiría en la defensa del voto que se vuelve una batalla sobre la mesa cuando cierran los centros de votación.

 

Ahora bien, eso es lo que necesita cada candidata para ganar, y es el escenario que Delfina Gómez y Alejandra del Moral han imaginado a su favor para gobernar el Estado de México durante los próximos seis años. Esto no es un pronóstico, ni una ventana para apostarle en el casino.

 

La tenebra

Gane quien gane, sólo sería electa por uno de cada tres mexiquenses en posibilidad de votar. Un escenario desolador para la legitimidad y la gobernabilidad de cualquier democracia.

 

 

 

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