Delfina Gómez ha comenzado un intenso recorrido por el Estado de México. Por encima del propósito formal, que está encaminado a dar inicio a 125 obras municipales, existe una coyuntura política encaminada al posicionamiento de la gobernadora cuando está por cumplir su primer año de gestión. Se trata de la reivindicación electoral de Morena, tras los resultados del pasado 2 de junio, cuando por quinta elección consecutiva se ha logrado colocar como primera fuerza política en la entidad con el padrón de votantes más numeroso del país.

En las campañas del 2023, Delfina Gómez recorrió los 125 municipios del Estado de México: algo que ni por asomo realizaron los últimos tres candidatos priístas a la gubernatura. Eruviel Ávila y Alfredo Del Mazo hicieron campaña en sus bastiones electorales, y difícilmente recorrieron todo el territorio estatal a lo largo de seis años de mandato. Alejandra del Moral apenas rebasó el centenar de los municipios mexiquenses durante sus actividades proselitistas.

La morenista, desde su campaña, prometió regresar de ganar las elecciones para mostrar su agradecimiento y anunciar una obra pública en cada municipio. La intencionalidad política es que Morena pueda afianzar su ascendencia electoral donde es una fortaleza infranqueable; y avanzar en aquellos municipios donde el disminuido bloque opositor de PRI y PAN se mantiene como gobierno local.

En la construcción discursiva, el gobierno delfinista apunta a tres factores esenciales: una obra en cada municipio establece que, con ahorros presupuestales se pueden generar beneficios comunes; también contempla un gobierno incluyente que no observa diferencias partidistas; y que pretende el avance uniforme de todas las regiones del estado, y nadie quede en abandono.

Aunque evita culpar al pasado, porque sus más recientes antecesores -Eruviel y Del Mazo- están más cerca de su causa política que de su origen priísta; Delfina Gómez consolida una narrativa de transformación con respecto a los sexenios del pasado, en que hubo obras inconclusas y otras poco funcionales.

No sólo eso. El recorrido constante de Delfina Gómez le permite un acercamiento con la clase política y los liderazgos sociales de cada municipio. Le posibilita ampliar su capital político, ya sea porque fortalece su ascendencia sobre los grupos de poder morenista; o incluso, porque logra convencer priístas y panistas de sumarse a su proyecto político antes de que Ana Lilia Herrera y Anuar Azar terminen por sepultar al bloque opositor en el territorio mexiquense.

El posicionamiento de Delfina ha logrado un efecto en positivo. En cada zona del estado, ha logrado incidir en la difusión de su gira, a través de medios regionales y en redes sociales de forma focalizada en cada recorrido. Ha superado el efecto de la repetición en que se había convertido la Mesa de Seguridad que inundaba su política de comunicación en el primer año de mandato.

Cuando acabe el recorrido por los 125 municipios, Delfina Gómez deberá dar un viraje a su gobierno. Las obras de infraestructura sólo cubren un factor en la construcción de un gobierno; pero todavía existen áreas de su administración que han mostrado una difícil curva de aprendizaje para su gabinete.

Un puñado de Secretarías que no terminan por delinear el cambio de régimen, que tantas expectativas generó durante su campaña electoral. Y en cuya acción de gobierno y el diseño de políticas públicas también tendrán la obligación de alcanzar una cobertura geográfica absoluta, por encima de los municipios urbanos, en donde tradicionalmente se enlistan los padrones de beneficiarios.

Delfina Gómez estará obligada a recorrer no solamente los municipios, sino el tramo de avance de cada Secretaría en el balance de resultados de su primer año de gobierno, y que supere los números inerciales de las instituciones como ocurría en el régimen que se propuso modificar, combatir o erradicar.

La tenebra

Desde ahora, Delfina Gómez ha comenzado a delinear su estrategia electoral para el 2027 y 2029; mientras la oposición aún se pelea por definir quién se convierte en el sepulturero de su espectro electoral.