El Manual de Maquiavelo 04-08-2023
Francisco Ledesma / La burocracia espejo de la 4T
En el primer análisis de la enorme organización burocrática, Delfina Gómez ha comenzado a delinear -por instrucción presidencial- el ajuste a la organización gubernamental para que el gabinete mexiquense, que entrará en funciones el 16 de septiembre, opere en una estructura espejo con el gobierno federal que preside Andrés Manuel López Obrador. Ello implicaría una mayor coordinación en la distribución presupuestal, la implementación de políticas públicas y el respaldo institucional que pretenden ejecutar en lo inmediato y en lo urgente.
Entre algunas pinceladas, la Secretaría de Desarrollo Social -que asemeja a la dependencia creada en tiempo salinista para Luis Donaldo Colosio-, ahora bautizada como Secretaría del Bienestar, para hacer sinergia con esta palabra simbólica que ha impregnado varios programas, acciones y discursos vinculados a la Cuarta Transformación del actual mandato presidencial.
Otra decisión más, baja de rango la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos -creada por Del Mazo para retribuir al afecto personal con su amigo Rodrigo Espeleta-, y retomará el nivel de Consejería Jurídica, como fue construida en tiempos del eruvielato a favor de la muy empoderada -y hoy morenista- Luz María Zarza Delgado. Estará integrada a la estructura de la gobernadora.
En el sexenio del montielato, cuando más dependencias se crearon y más cambios ocurrieron en el gabinete, se creó la Secretaría del Agua: misma que fue eliminada por el delmacismo. Sin embargo, para Gómez Álvarez, el tema del agua es prioritario, sustancial, y por tanto, se dotará de una mayor robustez jurídica, financiera, humana y estructural. El problema es mayúsculo.
Hay otros escenarios que deberán evaluarse: la definición del Sistema DIF del Estado de México; si se considera que del espectro nacional, dicha dependencia ha sido desplazada por la consolidación de una no primera dama que se resistió a las labores de asistencia social que dotaron de protagonismo, frivolidad y hasta ambiciones personales en sus antecesoras.
Otro elefante blanco es el Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), que tiene en su margen de acción un manual de buenas intenciones para proteger los derechos y libertades de los menores. Sin embargo, ni siquiera los municipios le acompañan en este esfuerzo; y sólo ha servido para pagar cuotas políticas con un cargo que simula y disimula.
Hay más elementos de análisis: recomponer el Instituto del Deporte que fue depuesto a una oficialía de partes; rescatar las áreas de Turismo, Desarrollo Urbano y Comunicaciones, que fueron desplazadas en el sexenio que está por concluir; y se han difuminado en sus funciones y responsabilidades.
Los ajustes estructurales son mero formalismo; no obstante, lo realmente importante es cómo esa modificación legal permite atender con más cercanía, o una mayor eficacia, o bien, simplemente se responde al interés particular de empoderar a algún personaje cercano al gobernante en turno, tal cual ocurrió en el sexenio pasado con la Coordinación de Imagen y la Secretaría de Infraestructura, que fueron asignadas a Carlos Aguilar y Erasto Martínez.
Por ahora, el diseño estructural que apuesta Delfina Gómez se concentra en equiparar sus tareas con las definiciones que paso a paso le han construido en Palacio Nacional, y sus recurrentes reuniones con el gabinete federal; pero que en la expectativa social, sería deseable vaya más allá del contexto político por pretender diferenciarse del bloque conservador, o que trascienda al discurso de combatir la corrupción que poco ha mejorado en el ejercicio del poder.
La tenebra
Si en algo se pretende diferenciar al régimen vigente, evitar crear o designar dependencias para los hijos, sobrinos, excuñados -aunque sean del verde- y esposas de las élites políticas; será un buen comienzo y un aliciente para la alternancia en el poder.