OFF THE RECORD 20-05-2024
Toluca, Edomex; 20 de
mayo de 2024.- Un proceso electoral incierto es el que enfrenta el Estado de
México. Faltan 14 días para la elección del 2 de junio, y todavía hay impugnaciones
y sentencias que mantienen en la indefinición las candidaturas a alcaldes,
diputados locales y regidores mexiquenses. A esa condición, debe adicionarse un
clima de tensión social, entre candidatos y sus equipos de campaña que han sido
víctimas de atentados, agresiones, amenazas e intimidaciones. Los ingredientes parecen
estar dados para desalentar la participación electoral. Las autoridades hacen
esfuerzos por llamar a la civilidad, pero hasta ahora han sido rebasadas en lo
que llaman asuntos aislados.
La clase gobernante, los
órganos electorales y los candidatos no pueden normalizar que las elecciones
transiten por la incertidumbre. A dos semanas de la jornada electoral, el desaseo
partidista sube y baja candidaturas. Ayer volvieron a desactivar a Gustavo
Vargas en Zinacantepec. La semana pasada, fueron un par de alcaldías y varias
regidurías tanto de Morena como del PT. Y todavía falta por ver eventuales sustituciones
en otras postulaciones, acorde a los intereses políticos de las burocracias
partidistas. Es poco el interés de los votantes, y los partidos hacen todo lo
posible para alejarlos más de las urnas.
El clima de violencia es
inaceptable. Pueden ser poderes fácticos. Pueden ser adversarios políticos que
han elevado la efervescencia electoral. En cualquier escenario posible, no hay
causa que justifique las agresiones. Muchos llamados de los actores políticos.
Mucho protocolo de seguridad como impostura institucional. Y hasta ahora, nada
se conoce de las denuncias que ya han hecho los candidatos. La última mesa
política ocurrió antes de iniciar las campañas electorales, y ahora que parecen
más necesarias, han quedado suspendidas.
En la recta final, se
intensificarán dos escenarios: la guerra sucia que tratará de salpicar de lodo
a todos los partidos políticos, y a las candidaturas más impresentables posibles.
Y por otra parte, el chapulineo de militantes o simpatizantes que brincarán a bloques
contrarios, para prometer miles de votos a favor de sus nuevos adoptantes.
Hemos entrado a la etapa de las grandes ofertas, en donde todos ponen sus
fichas con el mejor postor. Algunos con meras simulaciones; otros más, con
falsedades de su presunta ascendencia política.
También vendrán las
denuncias por delitos electorales. Es cuando los equipos de campaña suelen tomar
acciones desesperadas. La entrega de materiales de construcción o despensas. La
tradicional coacción del voto que es inadmisible, pero que sigue como moneda de
cambio en todas las elecciones. Otro elemento de riesgo, desde algunos frentes,
son grupos de choque que pretenderán desestabilizar las votaciones de quienes
se sienten perdidos. Los hay en todos los lugares y de todos los colores. Viene
la etapa más intensa de la elección.