OFF THE RECORD 19-07-2023
Toluca, Edomex, 19 de julio de 2023.- La institucionalidad se mantuvo hasta el final. El gobernador Alfredo Del Mazo nunca tuvo un mínimo índice de oposición hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador. Convivieron en el ejercicio del poder casi cinco años juntos, periodo en el que se dedicaron elogios mutuos. Pero sobre todo, hubo una disciplina pocas veces vista para un mandatario priísta hacia un presidente de un partido diferente. El pacto se mantuvo vigente, sin contratiempos, sin modificaciones. Con la elección, parecen todos contentos.
Del Mazo se presentó
ayer en la conferencia matutina de López Obrador. Hablaron de la inauguración parcial
del Tren México – Toluca. En un gesto de cortesía, Alfredo cortará el listón inaugural
junto a Andrés Manuel, el próximo 14 de septiembre. Apenas 48 horas antes de
entregar la gubernatura. Con ello, el tabasqueño también cumple con la primera
etapa de una obra altamente costosa, capricho del peñismo que le entregó la
Presidencia de México. Como testigo de honor estará presente Delfina Gómez, la
gobernadora electa.
Lo que sorprende es la
cordialidad mutua entre Del Mazo y López Obrador. En la primera alternancia
presidencial, sería impensable que el priísta, Arturo Montiel fuera
condescendiente con el gobierno de Vicente Fox. La rispidez entre la
administración estatal y la federal, llevó a la conformación de la Conago. El
panista esperó paciente, y cuando fue el momento oportuno, descarriló las
aspiraciones presidenciales del atlacomulquense. No había tregua para las
diferencias políticas. La relación fue compleja, y sin espacio para la cordialidad.
Cuando Felipe Calderón
asumió el poder presidencial, el entonces gobernador Enrique Peña tuvo sus diferencias
pronunciadas. El bloque de diputados federales que ganó en 2009, se convirtió
en una bancada opositora que fustigaba la estrategia de seguridad y que le rebatió
espacios de poder legislativo. Desde la Comisión de Presupuesto le complicó el
ejercicio de sus finanzas públicas. En lo electoral, el peñismo parecía
implacable, al borde de la desaparición del corredor azul. En la coyuntura
idónea, el PRI ganó la Presidencia de México.
A la distancia, López Obrador
y Del Mazo enfrentaron su primera crisis, cuando el tabasqueño decidió cancelar
el aeropuerto de Texcoco. Pero la relación se enderezó, cuando debieron juntos,
atender el desabasto de combustible en enero de 2019. Del Mazo no pudo mantener
una oposición dura, porque desde la elección presidencial advirtió que tendría
una mayoría de alcaldes morenistas; y una abrumadora oposición en la
legislatura local. Desde entonces, tuvo que ceder y conceder frente a la
hegemonía presidencial. El tabasqueño también lo protegió en cada evento
político que encabezaba en el Edomex. Una relación de conveniencia para ambos,
que no se modificó un ápice a lo largo de cinco años.
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