Toluca, Edomex, 15 de enero de 2024.- El cierre de precampaña de Xóchitl Gálvez concitó a las fuerzas vivas de priístas y panistas del Estado de México. En teoría, se trató de un cierre de filas, muy a pesar de que hacia la definición de la alianza electoral y la repartición de candidaturas en el ámbito local, se advierte una escisión interna tricolor, y un blanquiazul con presencia marginal en varias zonas de la entidad. Sin embargo, ayer fue un buen día para las apariencias políticas; esas que han sido las causas de la derrota del bloque opositor durante los últimos años.

Los bandos muy bien definidos. Los panistas muy compactos, ahora sí muy presentes y comprometidos, a diferencia del abandono de muchos que claudicaron en la campaña de Alejandra del Moral, apenas el año pasado. Ahora sí es su momento, porque está en juego la reelección de un puñado en presidencias municipales; diputaciones federales y locales. Y el ascenso de otros menos, sin importar que sean tercer lugar de la preferencia electoral.

En el PRI estatal, los bloques son evidentes. Los diputados federales de un lado; legisladores locales en otro espacio. Los alcaldes también en su propio nicho de poder. Nada seguro para nadie, ni siquiera para los que ya se apuntan plurinominales, porque el escenario es muy incierto para todos.

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Para dimensionar el extravío político que padecía el priísmo toluqueño con el liderazgo del exalcalde Raymundo Martínez Carbajal, se debe dimensionar que hasta el pasado viernes se tomó protesta a Juan Maccise como consejero político municipal. A pesar de que era el alcalde suplente, nunca fue invitado a la toma de decisiones de su propio partido, mucho menos pensar que fuera parte del gobierno municipal. A partir de su nuevo encargo político, Maccise estará en condiciones de tomar el control del partido en la ciudad.

La coyuntura política obliga a que la dirigencia estatal priísta pueda evaluar una eventual postulación de Juan Maccise hacia la elección consecutiva, y evitar cualquier amenaza de que ese grupo político pueda cambiar de bandera, ya sea por motivos familiares o de militancia hacia las elecciones locales del 2 de junio. No importan las encuestas ni las ambiciones personales, porque la capital del estado debiera ser prioridad electoral para todos. La definición de las candidaturas está más cerca de lo que parece.

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A partir de esta segunda quincena de enero, es la fecha prometida por la gobernadora Delfina Gómez para completar nuevos ajustes en el gabinete estatal. Será la última andanada de cambios previo a las elecciones del 2 de junio, lo que implicará el despido de algunos priístas que permanecen en la estructura de mandos medios y superiores. Aquí se integrarán algunos cuadros morenistas que hicieron campaña, pero no habían logrado ser incorporados. También será el premio de consolación para otros tantos que no podrán ser candidatos, pero la recompensa aparente es ser parte del equipo de trabajo de la mandataria estatal.