Toluca, Edomex; 14 de julio de 2023.- Todavía Delfina Gómez ni siquiera rinde protesta como gobernadora, y los mexiquenses deberán soportar las campañas adelantadas por la elección presidencial de 2024. Dentro de muy poco, saltarán a la escena, los adelantados que están interesados en las senadurías que estarán en disputa. Y desde ya, decenas de alcaldes han comenzado a allanar el camino rumbo a la elección consecutiva. Quienes la tendrán más fácil, será quienes la busquen por la vía plurinominal: sin hacer campaña serán diputados federales o locales. Simple.

Morena apuesta, y tiene condiciones para hacerlo, en ratificarse como primera fuerza política. Esa posición ya la ha demostrado en cuatro elecciones consecutivas: 2017, 2018, 2021 y 2023. Ahora, con una gobernadora de su lado y un alto bono electoral, el resultado parece inercial y hasta obligado. Lo cierto que en la democracia, las victorias y las derrotas no son permanentes.

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Alejandra del Moral está en pausa, pero no retirada. La derrota de la priísta, fue para el delmacismo, una muestra del sacrificio que se puede hacer por el partido. La elección estuvo pérdida desde el principio. Sin importar, quien hubiera sido la candidata, pero Del Moral asumió su riesgo, y el costo del fracaso. Pese a todo, la exdirigente tricolor se convertirá en factor de decisión en las candidaturas del año entrante. Ganó perdiendo y cayó para arriba. El círculo cercano podría tomar posiciones de privilegio en lo que resta de la estructura partidista.

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Como parte del servicio a la comunidad, el PAN se mantiene en calidad de desaparecido. Salvo la dirigencia local y una parte de los alcaldes en funciones, gran parte de la estructura partidista se dedicó a simular en la campaña. A la distancia, con la pérdida de votos respecto de la elección de 2021, el panismo más doctrinario tiene la preocupación de haber perdido identidad, sin tener a la vista un resultado favorable. Para el 2024, exigen un candidato presidencial de su militancia, que les permita mayor arrastre para el resto de las campañas.

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En el PRD del Estado de México tiene una enorme preocupación, pues si no existe un cambio de fondo en su estrategia electoral, podrían perder el registro como partido político para las elecciones de 2023. Atrás quedaron los tiempos en que el perredismo formó su bastión en la zona oriente; y donde tenía en Nezahualcóyotl su principal fuente de financiamiento. El éxodo de perredistas a Morena se consolidó en los más recientes comicios locales, de quienes se adhirieron a la candidatura morenista de la maestra Delfina Gómez.

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Una muy buena prueba de fuego para el 2024, sería para el PT y el PVEM, la suerte de competir en solitario o coalición electoral, con el propósito de medir su verdadero peso electoral. Morena ya no puede ni debe concederles tantas canonjías a dos partidos que han convertido a su burocracia política, en una agencia de colocación de empleo para sus familiares y amigos. Pero de ganar votantes o voluntades, no hay nada certero. Y en materia electoral, sobreviven del arrastre del partido en pleno ejercicio del poder público.

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