Toluca, Edomex; 14 de junio de 2023.- Alejandro Moreno sigue en desacato. Alito impugnó la elección del Estado de México como un acto de indisciplina. El dirigente priísta sabe que existen nulas posibilidades de revertir el triunfo de Delfina Gómez, pero está convencido en confrontar al gobernador Alfredo Del Mazo. Lo que busca el exgobernador de Campeche es colapsar al priísmo desde adentro. Pasará a la historia, como el presidente del PRI más perdedor, pero aún así, en un acto de esquizofrenia política, advierte que todos los culpables son sus enemigos internos. Su mérito en el partido ha sido entregar el poder.

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A la crisis electoral del tricolor, sólo se le puede sumar el colapso del priísmo mexiquense. La fractura interna apunta al suicidio político cuando existe la proximidad de una nueva elección, la de 2024. Eric Sevilla ha terminado con un agudo desgaste, y es inviable que sea el eje de la unidad. Alejandra del Moral ejercerá un liderazgo, pero no convencerá a todos los grupos internos. Alejandro Ozuna nunca asumió su responsabilidad política, hoy se ve insostenible. Tras la histórica derrota del 4 de junio, se debe tener autoridad moral para echar culpas.

Lo cierto es que, Alejandro Fernández no pudo ganar siquiera la única elección en la que compitió, en los comicios intermedios de 2021. Y sí, Eduardo Bernal puede tener razón: la derrota es producto del desgaste en el poder, de la defenestración pública de personajes como él, que en algún momento fueron encarcelados acusados de desviar recursos públicos. La clase gobernante tiene una memoria muy corta y a conveniencia propia. El PRI no entiende que no entiende.

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A propósito de imposibilidades, Yeidckol Polevnsky se registrará en busca de ser la candidata presidencial de Morena. A pesar de haber sido la primera secretaria general del partido guinda, algo pasó en el camino que se distanció del presidente, y se desdibujó de la escena política. Actualmente es una diputada federal más del montón. No encaja con los grupos locales que hace más de una semana se atribuyeron el triunfo de Delfina Gómez. El intento de la excandidata a gobernadora parece más un reclamo a formar parte del próximo gobierno morenista, porque no es seguro siquiera que la dejen competir.

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Superada la veda electoral, es una exigencia que el gobernador, los alcaldes y los diputados federales y locales, dejen por un rato las ambiciones políticas hacia el futuro. Ya es momento de retomar la construcción de obras públicas, y la entrega de programas sociales. Aunque para desgracia de los electores, mucho de lo que hoy presumen sus presidentes municipales es pensando en la reelección del año entrante. Y en el juicio de las urnas, hay decenas de alcaldes que simplemente no tienen que presumir, pero volverán a pedir el voto.

La culpa no es de los malos gobernantes, sino de los partidos políticos que volverán a postularlos; y evidentemente, de los votantes que volverán a creerles.

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