OFF THE RECORD 06-05-2024
Toluca, Edomex; 6 de
mayo de 2024.- Ayer domingo, se cumplieron 35 años de la fundación del Partido
de la Revolución Democrática (PRD), sin embargo, a pesar de estar en plenas campañas
electorales, la fecha pasó desapercibida. Sólo un puñado de los candidatos a
diputados federales, diputados locales y presidentes municipales de la coalición
del PRIAN tuvieron un guiño para ese espacio de la izquierda moderada con el
que pretenden establecer identidad política. El desdibujamiento transita por lo
ideológico, por lo electoral, por lo territorial; en este 2 de junio, está en
juego su registro como partido.
Todavía hace siete años,
en la elección por la gubernatura mexiquense, el PRD tuvo más votos que el PAN.
Para el 2018, forjaron una alianza electoral entre panistas y perredistas; y le
tocó al partido del sol azteca encabezar la fórmula senatorial, obtuvo la
primera minoría, y la senaduría de Juan Zepeda. A la distancia, el año pasado
no tuvieron candidatura propia a la gubernatura. En la contienda electoral de
este 2024, el perredismo no tiene candidato a senador, y su presencia se ha
disminuido en diferentes bastiones electorales.
De mantener su registro
este año electoral, el PRD deberá repensar su futuro político. Diversos
liderazgos perredistas advierten que la coalición de este año, será la última
que formalicen con sus partidos antagónicos. Las expectativas de triunfo
electoral se reducen a una decena de municipios; y en el caso más alentador
conseguir cuatro o cinco diputados locales. La alianza electoral les resulta muy
poco favorable, cuando se toma en cuenta la rentabilidad de los gobiernos
municipales alcanzados. Su permanencia como partido apenas se refleja en un
financiamiento público para sus burocracias partidistas.
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Van diez días de campaña,
y en el Partido del Trabajo siguen sin ponerse de acuerdo en quien toma el
mando de su estrategia electoral. Las pugnas entre las dirigencias nacional y
estatal dejaron a la deriva a sus candidaturas; y eso ha implicado que exista
un desánimo o simplemente una desaparición hasta en sus equipos de campaña. Vaya
que para Morena ha resultado un mal negocio la coalición con los petistas, que
no abonan mucho para su capital político.
En Metepec, por ejemplo,
todo apunta a que Ublester Santiago será el candidato a diputado federal en
sustitución de Óscar González, ahora anotado como diputado local plurinominal.
La encomienda de Ublester es compleja, porque su posicionamiento fue siempre a
nivel municipal; ahora deberá recorrer un distrito electoral, cuando su rival
lleva en proselitismo dos meses completos. Y para sus intereses personales, escasamente
rentable, de haberse imaginado como alcalde, ahora a repensarse como eventual
diputado federal.
Por la presidencia municipal
metepequense, Óscar Ruiz tampoco ha despuntado lo necesario. La propaganda que
prevalece en el municipio era cuando aspiraba a la postulación por Morena. Y de
su candidata a diputada local -asignada al petismo-, Consuelo Estrada, no hay una
sola barda pintada. El exbastión de Óscar González parece en el abandono por no
responder a sus intereses personales.
Y el viernes por la
noche, el Tribunal Electoral corrigió el proceso petista de Zinacantepec, para
instalar como candidato a Gustavo Vargas por encima de Marco Reyes Colín. Eso
pone en desventaja a quien sea el abanderado de la coalición morenista para
hacer una campaña que ya lleva diez días de transcurrida. Además de los
descontentos entre los verdaderos fundadores de Morena, que observan en Vargas
-y advertían de Manuel Castrejón- una posición advenediza y de conveniencia
electorera, y a quienes reprochan la posibilidad de que se reinstalen en el Palacio
Municipal desde otro partido.
Ahí también el PT, lleva
mano con la candidatura a la diputación local de Anai Esparza Acevedo, quien
fue funcionaria municipal de Ecatepec bajo el mando de Fernando Vilchis; y
tiene nula ascendencia en la cabecera distrital. Y nada que hacer en la
competencia electoral en la parte territorial que también toca a Toluca, donde
enfrentará a la priísta, Paola Jiménez. En resumen, los petistas desaprovecharon
los espacios que les otorgó Morena, producto de su fractura interna y de la
falta de cuadros propios para ser competitivos.