OFF THE RECORD 05-06-2024
Toluca, Edomex; 5 de
junio de 2024.- La oposición no entendió absolutamente nada en seis años; y en
las primeras reacciones de la debacle electoral, se encaminan a ser un mal
perdedor. Desde las cúpulas partidistas advierten que en el PREP existen
errores en la captura de datos. Y hoy que comienzan los cómputos distritales y
municipales, la estrategia está encaminada a enrarecer el ambiente postelectoral,
mediante la denuncia de irregularidades e inconsistencias -que pueden ser
ciertas como casos aislados-, pero que están muy lejos de ser una operación
sistemática en su contra. El bloque opositor miente con la verdad para
justificar la histórica derrota electoral.
No hay causales para pedir
el voto por voto de cientos de miles de casillas instaladas en el país; ni
mucho menos pensar en la nulidad de las elecciones. Los dirigentes de la
oposición se resisten a la autocrítica; asumen que construyendo una narrativa
de “fraude” en la elección, será suficiente para evitar su renuncia al cargo.
No entienden que no entienden. Ya mucho daño le hicieron a sus partidos, y
ahora, agudizan su crisis interna. En su nuevo intento por sobrevivir, cuestionan
la organización de los comicios, y se han olvidado del origen de sus causas que
hasta hace un año sostenía que el INE no se toca.
Los errores en la captura
del PREP siempre han existido. Los resultados preliminares nunca llegan al cien
por ciento de las casillas. Y los cómputos municipales o distritales subsanan
las posibles inconsistencias. Los dirigentes del bloque opositor sueltan
rumores y verdades a medias, pero a la fecha, no se ha escuchado un margen de
autocrítica en su toma de decisiones. Desde la designación de sus candidaturas,
la ausencia de una propuesta electoral por encima de la crítica al gobierno en
turno, y una estrategia de promoción y movilización que ha sido rebasada en tiempo
y espacio. Mal y de malas.
Los dirigentes del
bloque opositor construyen una cortina de humo; hacen uso del manual de la caja
distractora para evitar una rebelión en su contra. Lo peor: sus militantes han
caído en su juego perverso, antes que exigirles cuentas, y como decía el clásico,
si no saben ni pueden con su encargo: renuncien. Pero ni Alejandro Moreno ni
Marko Cortés, ni mucho menos Ana Lilia Herrera o Anuar Azar están preparados
para esta conversación. El PRD se mantiene, como al inicio del proceso
electoral, en la incertidumbre de conservar su registro.
Hubo encuestadoras que
fallaron. Hubo encuestas que hablaron de empate técnico y erraron por casi 30
puntos de diferencia. Hubo candidatos que promocionaron esas encuestas de forma
sistemática. Y ahora hacen mutis frente al golpe de realidad. Las regulaciones
a las encuestadoras hasta ahora parecen insuficientes, porque efectivamente, se
han vuelto en un instrumento de propaganda. Se podrá estar de acuerdo o no, con
los resultados electorales, pero no se debe ni se puede permitir que quienes
falsearon encuestas y hasta sondeos de salida queden en total olvido. No por
ser perdedores, ahora son inocentes.
El país y el Estado de
México requieren de una oposición robusta. A nadie conviene la configuración de
un partido hegemónico. Pero un primer paso, sería contar con una burocracia
partidista más responsable, menos arrogante. Sin embargo, no hay muy buenas señales
en la etapa postelectoral, porque no hay un asomo de humildad después de la
paliza en las urnas. Ellos saben el tamaño del fracaso electoral, pero se
resisten a aceptarlo, porque la victoria siempre tiene dueño, y la derrota
jamás tendrá progenitora. Un mal inicio tras la elección.