Casa Estado de México se convertirá en un búnker. A partir del medio día de este viernes, el gobernador Eruviel Ávila será anfitrión de Enrique Peña Nieto en su cumpleaños 46. El ex mandatario mexiquense estará de vuelta en la casa que habitó alguna ocasión. Se tratará de una celebración discreta a la que están convocados gobernadores priístas, dirigentes partidistas, coordinadores parlamentarios y el círculo cercano al virtual ganador de la elección presidencial. Será el primer cónclave extensivo después de los comicios del pasado 1 de julio.
Si algo debe reconocérsele a Peña Nieto como gobernador, es que acabó con las celebraciones faraónicas a las que estaban acostumbrados sus antecesores para festejar sus cumpleaños. El ex mandatario siempre prefirió el bajo perfil, las celebraciones discretas, y las salutaciones más reducidas entre sus cercanos. Las comilonas excesivas que acostumbraba el montielismo para la burocracia mexiquense fueron desaparecidas por su sucesor. El festejo de este viernes, parece no ser la excepción a la regla. Las invitaciones se han corrido entre su grupo más íntimo.
El mensaje resulta muy favorable para Eruviel Ávila. De cara al sexenio del peñismo, se avizora que Eruviel puede convertirse en el hombre fuerte entre los gobernadores priístas. Los otros aliados de Peña le dieron magros resultados electorales; ahí están los casos de Roberto Borge, Rodrigo Medina y Javier Duarte. Por ello, y por su cercanía con la capital del país, Ávila tendrá una robustez inigualable respecto del resto de los mandatarios. Es un nuevo federalismo que ya se cocina a partir de la presidencia que se dispone a ejercer Peña Nieto.
La parte que no parece tan positiva, es que Eruviel dejará de ejercer un virreinato como lo hicieron sus antecesores Arturo Montiel y Enrique Peña. Con un régimen presidencial vigente, y con un mexiquense en Los Pinos, mucho de la política local deberá decidirse en la oficina del Poder Ejecutivo Federal. Esa es la otra cara de la moneda, que parece muy desalentadora para Eruviel y su círculo cercano, quien ya casi completa su primer año de gobierno. La sucesión gubernamental del estado, aunque lejana, parece que se decidirá en la capital del país.
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A partir de ayer, Emilio Álvarez Icaza Longoria fue designado secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El ex ombudsman capitalino es reconocido por su profesionalismo y su agudeza en la defensa de las garantías individuales. Para nadie es un secreto su postura política muy cercana a la izquierda, y su sentida crítica a los hechos de San Salvador Atenco, cuyos acontecimientos parecen tomar relevancia en un momento inoportuno para Peña Nieto. Una de las banderas de lucha que emprenderá Álvarez Icaza radica en ese asunto.
Álvarez Icaza Longoria era una de las propuestas del PRD como consejero electoral del IFE, cuando estos se designaron en 2011. Entre tanto jaloneo, fue la bancada del PRI, quien se opuso a que el defensor de los derechos humanos llegara al órgano electoral. A la distancia, parece que a Peña le hubiera valido más tenerlo como árbitro de la elección, que como observador y defensor de los derechos humanos desde un organismo con tanto prestigio y prestancia. Sin duda, el ojo del huracán en la gestión de Álvarez Icaza será México y su gobierno próximo.
