loader-image
Toluca, MX
11:13 am,
temperature icon
cielo claro
Hora Estándar Central

OFF THE RÉCORD

amlo_edoAndrés Manuel tiene muy claro lo que significa el Estado de México. Apenas el domingo estuvo en Ecatepec. Ayer se presentó en Ixtlahuaca y Tejupilco. La prioridad del tabasqueño se concentra en la lista nominal del estado que rebasa los 10  millones de electores. Andrés Manuel no sólo quiere votos para él, sino quitarle algunos cuantos a Peña Nieto a domicilio. Si López Obrador supera la cifra de los 2 millones de sufragios en la entidad, estará metido en la competencia electoral por mucho que digan las encuestas.

Andrés Manuel, cuenta con cifras muy halagadoras en el Distrito Federal, que le arrojarían poco más de 2 millones de votantes. Si entre el Estado de México y la capital del país suma más de 4 millones de electores, tendrá en la bolsa una quinta parte de la elección, que se pronostica ganar con una cifra entre 17 y 19 millones de votos. El tabasqueño intensificará su presencia en el Estado de México en las próximas semanas.

Un craso error en la estrategia de Enrique Peña Nieto es dar por asegurado el Estado de México por ser su tierra natal. Quizá desconoce los problemas internos que tiene el PRI de su estado. Las divisiones de sus estructuras por el proceso electoral local. La cifra de 4 millones de votos encargada a Raúl Domínguez Rex pinta imposible. Simplemente han abandonado a su suerte a las estructuras, por negligencia y omisión. La simulación podría cobrar víctimas electorales en los comicios de julio.

Pretender que Enrique Peña consiga 4 millones de votantes es creer que el 65 por ciento del electorado que saldrá a votar en julio lo haga por el mexiquense. El reto y los números son inexactos, porque ni Josefina, ni Andrés Manuel están echados a la hamaca. El Estado de México puede ser la punta de lanza del éxito de Peña Nieto, pero si se dejan las cosas como están, se puede convertir en el inicio del despeñadero.

 

———–

 

El viejo PRI está de regreso. Tiene en la mira el carro completo de la elección de julio, y para ello recurre a las prácticas de siempre. El acarreo, los mítines llenos, las dádivas, el clientelismo, el despliegue de grandes recursos, pero la amenaza derrotista está enfrente de ellos por la mala administración de muchos gobiernos municipales. Los mítines no votan, ni tampoco las bardas o los grandes espectaculares. El carro completo está muy lejos de la posibilidad del PRI mexiquense, y eso lo saben muy bien desde ahora.

El derroche de recursos que emprenden los partidos políticos es lastimoso. Mientras año tras año nos dicen que los presupuestos para obra pública son insuficientes, elección tras elección el despilfarro económico es ofensivo. La Ley electoral pudo acortar los tiempos, regular los tiempos de radio y televisión, pero eso no impidió que se gaste onerosamente. Utilitarios, pinta de bardas, y un equipo numeroso que se encargan de la logística de la campaña, de la promoción y movilización del voto, y demás burocracia partidista.

La lucha por el poder está de vuelta, las promesas de siempre. El reciclaje de candidatos, y también de propuestas. Prometen de todo, servicios públicos inmejorables. Mejores calles y vialidades. Policías más capacitadas. Y la realidad les pega de frente a los políticos. Ciudades deterioradas, comunidades abandonadas, agentes policíacos coludidos con el crimen. En las promesas de los hoy candidatos, se evidencia que tenemos gobernantes muy malos y que falta mucho por hacer.

 

 

Comentarios

comentarios