De forma «sospechosista», el gabinete del gobierno estatal se convirtió en el principal defensor de Enrique Peña Nieto, acusado por la oposición panista de haber entregado al menos cien «compromisos» de manera irregular, y cuya denuncia formará parte de la guerra sucia que enfrentará el mexiquense en las semanas por venir. En plena veda electoral los secretarios de Estado se metieron a la batalla política.
Raymundo Martínez, Gabriel O’Shea, Polo Mena y Manuel Ortiz «recorrieron» y «monitorearon» diversas obras en funcionamiento, primordialmente parte de los «compromisos» de gobierno de Enrique Peña. Tan burda fue la maniobra, que en plena conferencia de medios, el propio Raymundo Martínez admitió la posibilidad de ganarse un extrañamiento por parte de la autoridad electoral. La veda electoral se burló de forma flagrante, aunque por la tangente.
Tan inducida fue la defensa de los compromisos de Enrique Peña, que los cuatro secretarios usaron sus cuentas personales de «twitter» para informar sus actividades del viernes. El gran detalle es que el mensaje de los recorridos fue «motivado por señalamientos hechos recientemente de manera infundada» según se refería en el tweet que los cuatro funcionarios difundieron, sin una coma más, sin una coma menos.
A la «sospechosista» acción del gabinete estatal, se sumó el rector de la UAEM, Eduardo Gasca Pliego, que con todo y su autonomía, abrió las puertas del plantel de la UAEM localizado en Santiago Tianguistenco, y cuya inauguración fue parte de los 400 compromisos del entonces gobernador mexiquense, cuya política de difusión estuvo a cargo de Angélica Rivera, hoy esposa de Enrique Peña, quien también se encuentra en campaña.
La maniobra electoral del gobierno estatal debió ser justificada por el equipo de comunicacion social, en razón de establecer que desde sus oficinas no se invitó a los recorridos de supervisión, ni se emitió comunicado alguno de tales acciones. En resumen, asumieron que lo que no está prohibido, está permitido. Sin embargo, para quienes estuvieron presentes en esos «sospechosos» recorridos, sólo les restó decir que a «explicaciones no pedidas, culpas asumidas».
Lo cierto es que pese a los «sobrevuelos» las conferencias de prensa, los recorridos, el despliegue mediático, la difusión tuitera, y todo el embalaje para defender a Peña Nieto, los secretarios de Estado no visitaron ni la vialidad Barranca del Negro en Huixquilucan, que acusan los panistas como compromiso «cumplido» pero inexistente en la realidad mexiquense.