Muy cerca de concretarse se encuentra la alianza electoral entre el PRI con el PANAL y el PVEM en los comicios locales del Estado de México. La circunstancia demuestra que entre Elba Esther Gordillo y Enrique Peña Nieto no existe un distanciamiento tan pronunciado pese al rompimiento de la coalición a nivel nacional. Parece que los afectos de Gordillo son más fáciles de empatar con el ex gobernador mexiquense, que con la panista Josefina Vázquez Mota. En el PRI del Estado de México están por confirmar una alianza altamente fructífera para el partido del magisterio nacional.
No sólo eso, Gordillo y Eruviel Ávila sellaron un pacto político desde el 2011, cuando en el tramo final de las definiciones, la poderosa maestra respaldó la candidatura del entonces alcalde de Ecatepec por la gubernatura mexiquense. Las lealtades entre el gobierno eruvielista y la líder vitalicia del magisterio serán ratificadas en las amplias negociaciones por la coalición electoral que conlleva más que una simple plataforma común, sino que representan posiciones en los cargos de elección popular que se traducen en sindicaturas, regidurías y curules en la legislatura local.
Elba Esther Gordillo, aunque nacida en Chiapas forjó su trayectoria política en el Estado de México. Sus afectos, y muchos vínculos políticos los tiene asentados aún en este territorio. En los momentos más aciagos de su vida pública encontró un gran aliado en el ex gobernador Arturo Montiel y sus ambiciones de poder presidencial. Hoy, con Montiel de regreso en la política mexiquense a través de Eruviel Ávila, la maestra Gordillo tiene asegurada una posición de privilegio. El PANAL tiene garantizada un sexenio de amplio privilegios en la entidad, sin importar que pase en la elección presidencial, ni siquiera si pierden el registro como partido.
En el PVEM, sólo pondrán su firma y rentarán una vez más la franquicia. Ya les ocurrió hace tres años, donde tres priístas se convirtieron en legisladores verdes de facto. En los hechos, son militantes del PRI, a sus actos legislativos y «partidistas» invitan a la dirigencia priísta. Y de sus estatutos parecen conocer muy poco, pues no falta quien se opone a la Ley Antitabaco. Hace seis años, también ocurrió de la mano de Carlos Cadena y Caritina Sáenz. Para el 2012, la historia no cambiará en lo absoluto, y más de un priísta se frota las manos para alquilarse como militante del partido de Jorge Emilio González Martínez «El niño verde».
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Este lunes, el Grupo Atlacomulco tomará por asalto Dolores Hidalgo, Guanajuato. El ex gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto se alista para rendir protesta como candidato del PRI a la Presidencia de la República. Se prevé que la Plana Mayor del priísmo nacional, pero sobre todo mexiquense haga acto de presencia en el Auditorio Municipal de la localidad. El lugar parece simbólico para el acto político, por ser la cuna del movimiento de Independencia, pero sobre todo un bastión electoral panista, a cuyo estado arribará dentro de poco el Papa Benedicto XVI como presagio de la guerra política que está por iniciar.
En política hay fotos incómodas y parece que Peña Nieto hoy enfrentará esa disyuntiva, cuando esté muy cerca de Joaquín Gamboa Pascoe, Emilio Gamboa Patrón y Gerardo Sánchez -dirigentes de los sectores del PRI-; además de otros integrantes del PRI jurásico como Carlos Romero Deshamps, Roberto Madrazo, Humberto Roque Villanueva, y otras finas personalidades; o será que aplicará el plan «fuga» que patentó en Puebla cuando evitó salir a cuadro con el góber precioso Mario Marín, y cuyo acto de escapismo le copió hace poco un presunto multihomicida llamado «El Coqueto», y eso del mote es mera coincidencia.