La efervescencia electoral ha alcanzado a los funcionarios públicos. Ayer la alcaldesa de Naucalpan Azucena Olivares desatendió sus tareas cotidianas, y en horario laboral asistió a la visita que tuvo por dicho municipio la precandidata al Senado de la República, Ana Lilia Herrera Anzaldo. A través de su cuenta de twitter, la edil naucalpense dio la bienvenida a la ex alcaldesa de Metepec quien realiza su precampaña como precandidata única. Eran las doce del medio día, y Azucena estaba en pleno acto proselitista del priísmo mexiquense. Será bueno conocer si Olivares al menos solicitó -de forma simulada- que se le descontara el salario de un día.
A propósito de Naucalpan, quien se tomó muy en serio defender de los ataques a Enrique Peña, fue el diputado local Enrique Jacob Rocha, quien ayer sacó lo rijoso a través de su cuenta de twitter y discutió con Juan Zavala -presidente de la Asociación Civil Bastión Democrático, perteneciente al PAN-. Jacob atacó sistemáticamente a los gobiernos panistas por asuntos de corrupción, incapacidad y continuismo de cara a la elección de julio próximo, pero fue incapaz de responder a las imputaciones hechas hacia su partido, y ex gobernadores que están en el ojo del huracán como Humberto Moreira, Tomás Yarrington, Cavazos Lerma y Arturo Montiel.
Lo que parece muy claro, es que pese al uso recurrente de twitter para generar comentarios a favor de Peña Nieto o Eruviel Ávila, para esta ocasión Enrique Jacob no será el abanderado del PRI para Naucalpan. Nadie olvida que Jacob entregó el poder municipal al panismo en el lejano 1996, y que en la sucesión de 2011 no se la jugó inicialmente con el hoy primer priísta Eruviel Ávila. Por si fuera poco, Jacob ha recibido el veto por parte de la actual alcadesa Azucena Olivares, quien ya consiguió colocar a su hija Irazema González Olivares como precandidata a una diputación federal. Jacob tampoco entra en los planes presidenciales de Peña Nieto.
Los enterados comentan que en la recta final por Naucalpan, parece llevar mano Sergio Mancilla Zayas, hijo del ex alcalde Sergio Mancilla Guzmán, quien tejió fino con la clase política durante las últimas semanas. Las aspiraciones de Mancilla van alentadas por los ex gobernadores Emilio Chuayffet y César Camacho Quiroz. Como premio de consolación los diputados federales David Sánchez Guevara y Rodrigo Reyna podrían ser enviados a la legislatura local. Mismo enroque al que fue sometida la diputada Cristina Ruiz que ahora busca un espacio en San Lázaro. Jacob parece ser el único en quedar fuera del presupuesto.
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En el último fin de semana, la precandidata presidencial panista Josefina Vázquez Mota sostuvo un par de reuniones con el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, alfil político de Elba Esther Gordillo en la estructura panista. Los encuentros tuvieron varias aristas a reflexionar a favor de la ex secretaria de Educación; considerando que Puebla es la quinta entidad más poblada del país con sus cinco millones de habitantes, y fue un bastión para la causa de Ernesto Cordero. A ello se suma la posible persecución judicial en contra de ex funcionarios del gobierno de Mario Marín en las semanas por venir, incluido el ex mandatario enemistado con la líder vitalicia del SNTE.
Pero lo más interesante será conocer si Moreno Valle es un interlocutor suficiente para limar asperezas entre Gordillo y Vázquez Mota, lo que podría encauzar hacia una posible reconciliación entre la maestra y el panismo. Lo que está en puerta es un nuevo flanco en las alianzas insostenibles que el PRI de Humberto Moreira había acordado con el PANAL en noviembre pasado, y que se cayeron por la falta de operación política en el círculo cercano del precandidato presidencial. Lo que falta por medir, es el potencial real del PANAL, que en una elección cerrada podría ser definitorio.