Una premisa fundamental de la Comunicación Política en cualquier gobierno, es la unificación de los mensajes, para que el discurso que se pretenda instalar, sea convincente en el entramado de la opinión pública. Una falla para el manejo de crisis ocurrió frente al videoescándalo de Bernardo García Cisneros. El PRI argumentó que no se configuraba delito electoral. Mientras que Enrique Peña aplicó la máxima de Poncio Pilatos –se lavó las manos- y advirtió que deberá ser el funcionario involucrado quien responda por sus actos.
El golpe letal que dio PAN y PRD no le quitará votantes al PRI. Pero le dificultará en mucho la movilización electoral para el 3 de julio. Los programas sociales estaban por aterrizarse. El trabajo de empadronamiento que llevó meses en estructurarlo, apenas estaba por aplicar los recursos destinados a ese propósito. Por ahora, el programa se tiene suspendido, cuando se tienen menos de 45 días para entregar las despensas, los bultos de cemento, y las tarjetas de apoyo económico, y se atravesaran las vacaciones de Semana Santa.
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Luis Felipe Bravo Mena se cuelga la medalla de haber llevado a Vicente Fox al triunfo presidencial de 2000. Mientras que Ulises Ramírez presume de haber coordinado la precampaña de Felipe Calderón en el centro del país, y la contienda electoral en el Estado de México. Bravo omite su derrota frente a Emilio Chuayffet por la gubernatura mexiquense en 1993. Y Ulises silencia que sus operadores políticos fueron descubiertos con documentación que acreditaba aplicación de recursos públicos en actividades electorales para la campaña de Felipe Calderón.
No se olvida por ejemplo, que en 2006 hubo una computadora que acreditaba “la fuerza área” del ayuntamiento de Tlalnepantla –referente a la nómina de aviadores del municipio- donde aparecía Juan Carlos Villarreal, el hoy consejero electoral tan cuestionado por el panismo mexiquense.
Y de Bravo Mena, no se puede olvidar que como dirigente nacional, sufrió uno de los mayores descalabros políticos en el Estado de México. Aunque en la elección de 2000, se lograron 26 diputaciones locales, y la primera minoría en la Legislatura Mexiquense, fueron 13 legisladores quienes se hicieron independientes mediante una operación política de Isidro Pastor por instrucciones del mandatario Arturo Montiel.
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Una burla para la escasa militancia del Partido del Trabajo representa su proceso interno para seleccionar candidato. Resulta que no importa quién se inscriba, ni quién resulte ungido, ya que si Alejandro Encinas acepta, él sería el candidato y quien aparecería bajo las siglas del PT en las boletas electorales de julio próximo.
Y mientras el PT habla de cacicazgos desde el priísmo, ellos mantienen a ese partido político como una franquicia familiar. Los dirigentes estatales, diputados locales, federales y aspirantes a la gubernatura se rotan en escasos cinco nombres: Óscar González Yáñez, Francisco Barragán, Carlos Sánchez, Sergio Velarde y Joel Cruz Canseco. No hay duda, que el mejor negocio en este país, es la de fundar un partido político, para muestra basta un botón.
