Hasta hace algunos meses, el gobernador Enrique Peña Nieto se desmarcó de la familia Hank. Eran días aciagos, enmarcados por la elección del Estado de México, mientras que Jorge Hank Rhon había sido encarcelado acusado de acopio de armas. Incluido el entonces candidato Eruviel Ávila, negaron cualquier apoyo hankista a la campaña electoral desarrollada en tierras mexiquenses, algo que sería desmentido con el tiempo, al detectarse operadores políticos de Hank en la zona de Zumpango, de donde es originario Eduardo Bernal, muy cercano a la familia.
Ayer fue todo lo contrario. Enrique Peña refrendó su alianza con la familia Hank. Se puso en marcha la autopista Lerma – Tenango, cuya construcción está a cargo de la empresa Hermes –de la familia Hank- y que conectará a la capital mexiquense con el mítico pueblo de Santiago Tianguistenco, de donde es originario el profesor Carlos Hank González, fundador del Grupo Atlacomulco y al que pertenece Peña Nieto. Las amistades dicen que se conocen en la cárcel y en el hospital, sin embargo, en este caso en específico fue todo lo contrario.
La alianza Hank – Peña Nieto enfrenta una etapa fundamental. El hankismo siempre tuvo en el horizonte arribar a Los Pinos, pero un impedimento legal fue lo que frenó la aspiración del Profesor. Sin embargo, ahora los herederos del hankismo –por interpósita persona- podrían alcanzar la meta presidencial y seguir en la cosecha de negocios al amparo del poder. De ese tamaño fue la importancia del evento de ayer, donde se refrendaron las “lealtades”.
A nadie se debe olvidar que Carlos Hank Rhon declinó a favor de Enrique Peña Nieto la candidatura a la gubernatura mexiquense en el lejano 2005. El financiamiento que otorgó la familia Hank al proselitismo de Peña Nieto fue fundamental para su acceso al poder. La influencia de Hank transita de forma importante por el ex gobernador Arturo Montiel, quien en 1999 fue favorecido por el apoyo del hankismo, cuando se disputaba la candidatura a gobernador con Humberto Lira Mora. Montiel, Peña y Hank desde entonces han forjado sus componendas.
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Una gran descortesía sufrió ayer el ex gobernador del Estado de México Alfredo del Mazo González. El personal de logística de gubernatura fue omiso a la salida del evento donde se inauguró la autopista Lerma – Tenango. El ex mandatario salió junto con el resto de la gente, por un camino de terracería, entre empujones, y sin la protección personal necesaria. Mientras que el actual mandatario salía con sus invitados especiales, por la puerta de atrás, protegido por su sequito de seguridad, y por supuesto con la comodidad que da el poder.
Otra cosa sería, sin duda, si el hijo del exmandatario, el actual alcalde de Huixquilucan Alfredo del Mazo Maza hubiera resultado ser el candidato priísta a la gubernatura, y en ese hipotético caso ya sería muy probablemente gobernador electo. Pero es muy claro, que en política el “hubiera” no existe y por lo tanto, sus compromisos y atenciones sólo soplan vientos de Ecatepec. La mezquindad de la política es así, y más cuando ya se sienten muchos de ellos en Los Pinos.
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La gira de agradecimiento del PRI tras el triunfo electoral de Eruviel Ávila, tiene la intención de ir allanando el camino al futuro gobernador para que tome las riendas del Estado, y por supuesto del partido. Las elecciones locales de 2012 están más próximas de lo que parecen. La estructura partidista está en el pase de lista, y sobran los aspirantes para alcanzar alguna alcaldía, diputación local o una regiduría. Es ahí donde el trabajo de Eruviel Ávila enfrentará su primer reto político, y ya tiene a sus operadores trabajando en ello, con el pretexto del agradecimiento.
