Eruviel Ávila Villegas se convirtió en gobernador electo. Entre los hombres cercanos, que le acompañaron este lunes, para recibir la constancia de mayoría estuvieron Carlos Cadena, Heberto Barrera, Isidro Muñoz, Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong. Los tres primeros, identificados en el círculo rojo del hoy mandatario electo, mientras que Videgaray y Osorio ya fuera del partido, son parte de los engranes del proyecto de Enrique Peña.
Las grandes ausencias fueron las de Alfredo del Mazo, Azucena Olivares y Ricardo Aguilar. Los ex aspirantes a la gubernatura no apapacharon a Eruviel Ávila como se esperaba. Las primeras filas del auditorio del IEEM estuvieron ocupadas por el grupo de trabajo cercano y de confianza de Eruviel Ávila en campaña. Hacia atrás se colocaron los diputados federales y locales.
Al exterior del IEEM, la manifestación de una centena de petistas fue ridícula. Se ausentaron de la representación de órgano electoral, pero no renunciaron a los recursos públicos para hacer campaña. Ayer, consumado el triunfo priísta, se dieron golpes de pecho para pedir la renuncia de los consejeros electorales, quizá porque ninguno de ellos responde a los intereses del Partido del Trabajo, pero sí los hay priístas, panistas y perredistas. La ciudadanización de los órganos electorales es letra muerta, pero no es asunto novedoso, sino rutinario.
Bastante extraño que en esta ocasión, la manifestación del PT no haya sido bloqueada por la Agencia de Seguridad Estatal. El secretario general de gobierno, Luis Miranda Nava dio luz verde para que los camiones que transportaban a los petistas arribaran a la sede del Instituto Electoral del Estado de México. Hay una evidente ruptura entre Miranda Nava y Eruviel Ávila. Tampoco hay buena relación entre Miranda y Videgaray. Como ya se va, ya nadie lo respeta, ni lo toma en serio.
Manuel Camacho Solís, nunca se apareció en el Instituto Electoral del Estado de México, a pesar que era la voz de Alejandro Encinas ante el árbitro comicial. Camacho Solís vio la derrota anticipada, y prefirió retirarse de la contienda. Ayer, sabedor de los reflectores del evento, asistió y tomó la palabra. Habló fuerte y en contra del priísmo omnímodo que aún existe en el Estado de México, el mismo PRI al que él perteneció durante el salinismo, y que ante la negativa de hacerse de la candidatura presidencial de 1994, se encaprichó y se fue a hacer política opositora.
El PAN en el Estado de México no tiene ni pies, ni cabeza. Francisco Gárate Chapa tiene años en la defensa electoral del panismo. El panismo adolece de una renovación de cuadros. Gárate por sí mismo no es un panista confiable. En su momento, el CEN del PAN, lo desechó cuando era dirigente estatal y nombró una delegación especial a cargo de Francisco García Burgos, en los tiempos del montielismo. Pero tan no se aprende la lección, que ese el propio Gárate quien lleva la voz cantante de los blanquiazules en el escenario de los comicios mexiquenses.
Los consejeros electorales cumplieron su cometido. Pese al dispendio de recursos, y la parcialidad de la elección, el órgano electoral limpió lo necesario para solventar el triunfo de Eruviel Ávila. Ellos son parte del sistema y no pusieron en riesgo su estabilidad. El PRI seguirá gobernando por otros seis años el Estado de México. Y de entrada, los siete consejeros tienen garantizada la organización de los comicios de 2012. La renovación de 125 ayuntamientos y 45 diputaciones locales para repartir un poder inconmensurable en materia política, social y presupuestal.