A propósito de la gira de despedida que ha anunciado el gobernador Enrique Peña Nieto con motivo del fin de su mandato, no ha faltado el mal intencionado que ya ha manejado un itinerario para que emprenda ese recorrido por aquellos lugares que marcaron su gestión para bien o para mal. Aquí algunas recomendaciones:
La gira de Peña Nieto podría arrancar en San Salvador Atenco, el municipio que marcó uno de los hechos más grises de su gobierno. Una reyerta protagonizada entre policía estatal y ejidatarios de Atenco, el 3 de mayo de 2006, trajo en consecuencia una sistemática violación a los derechos humanos. Una sentencia condenatoria para los líderes del movimiento por más de 112 años de prisión, que al final de la historia, fue revocada por resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La Marquesa, en el municipio de Ocoyoacac, lugar donde fueron abandonados 24 cadáveres en octubre de 2008, sin duda que es de los sitios que tendrán mayores recuerdos para el gobernador Enrique Peña Nieto. El macabro hallazgo dejo de manifiesto la podredumbre, y como los cuerpos policíacos han sido infiltrados por los integrantes del crimen organizado. En Ocoyoacac, sin duda, estarán en beneplácito de recibir al mandatario en el ocaso de su gestión, y en la víspera de su aspiración presidencial.
Otro lugar que puede ser fundamental es Valle Dorado. Las inundaciones registradas en Tlalnepantla en una zona residencial, en septiembre de 2009, fue otro acontecimiento de gran desaliento para los mexiquenses. Omisión, negligencia e incapacidad fueron características puestas de manifiesto en las anegaciones que se reportaron en la zona. El mandatario estatal no puede dejar su gira de despedida sin visitar ese lugar.
Ecatepec, también tiene las puertas abiertas a Peña Nieto. Y no necesariamente por que sea el lugar de origen de su sucesor Eruviel Ávila. El actual mandatario deberá visitar Ecatepec, porque es el municipio de mayor incidencia de feminicidios en el sexenio, una de las asignaturas pendientes de Peña Nieto, y sin duda, uno de sus principales lastres en su carrera presidencial que ya se avecina para el año entrante.
Y en ese recorrido, no puede olvidar Huixquilucan. No tanto porque sea el sitio más socorrido para vivir por la clase política mexiquense, ni tampoco por el gobierno de su primo Alfredo del Mazo Maza. La razón, es que fue ahí, donde se dio el escándalo mayor en materia de procuración de justicia. En la zona residencial de Huixquilucan, primero fue reportada como desaparecida la pequeña Paulette Gebara, luego fue encontrada muerta –se dijo producto de un asesinato- y se concluyó que todo fue resultado de un accidente. El linchamiento público a la señora Lissete Farah fue bestial, el daño ya estaba hecho.
El cierre de su gira puede ser en la catedral de Toluca. Lugar donde contrajo segundas nupcias, y confirmó de un plumazo un par de cosas sobre su persona: su cercanía con la jerarquía eclesiástica, y lo conveniente que eso resulta en su aspiración presidencial. Y por otra parte, la frivolidad de su personalidad, para hacer público lo más íntimo. Ser en suma, un actor recurrente en la aparición de revistas del corazón. Desde la catedral, el escenario parece ideal para bajar el telón.