Eruviel Ávila Villegas consiguió acreditar representantes de casillas en el 99 por ciento de las urnas que se instalarán el próximo domingo –poco más de 17 mil-. Mientras que Alejandro Encinas apenas alcanzó una cobertura del 60 por ciento. Y por la calle de la amargura, el panista Luis Felipe Bravo Mena tendrá representante en una de cada dos casillas que se instalen en el territorio estatal. Desde esa perspectiva puede medirse la capacidad de movilización que tiene cada partido político para el próximo domingo.
La defensa real del voto ocurre en las casillas. Ahí es el verdadero conteo voto por voto. El conteo que se realiza en las juntas distritales es con base en los datos registrados en las actas de escrutinio y cómputo. Si no se cuenta con representantes de casilla, no hay márgenes para defender un triunfo electoral. Acabadas las campañas, Eruviel Ávila puede empezar a relamerse una victoria que parece irreversible e inevitable.
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El gremio periodístico de Toluca se reunió con Alejandro Encinas. Entre otras cosas, como parte de esa mala percepción del gobierno paternalista, no faltó la petición de que el aspirante perredista se ocupe de otorgar servicios de seguridad social a los periodistas. La petición se vuelve poco comprensible, ya que se trata de un derecho laboral, el cual debería ser solventado por los empresarios, por los dueños de periódicos y radiodifusoras, pero no debiera ser resuelto bajo ninguna circunstancia con estirar la mano para que el gobierno benefactor les solucione sus preocupaciones y precariedades.
La obligación en todo caso del gobierno para con los medios de comunicación, es garantizar la libertad de expresión. Evitar a toda costa, la represión, el castigo publicitario, la censura, y otras circunstancias que desde su esfera de competencia pudieran atentar contra la libertad de expresión. Pero jamás podría establecerse la necesidad de retomar un paternalismo rebasado, y que condicionaría per se la actividad informativa a un clientelismo traducido en el otorgamiento de seguridad social para los periodistas.
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Si Eruviel Ávila se alza con la victoria el próximo domingo, los mexiquenses podrán estar tranquilos durante seis años. El ex alcalde de Ecatepec declaró a la revista Quién que “jamás, jamás, jamás” le interesa convertirse en Presidente de México. Si el dicho resultará cierto, los mexiquenses no tendrán un gobernador distraído –como en los dos últimos sexenios- por estar empecinados en alcanzar la silla presidencial. Y lo más importante, se evitará el despilfarro en promoción personal y posicionamiento de imagen.
En la misma edición de dicha revista, el panista Luis Felipe Bravo niega una y otra vez el abandono del que fue víctima en su campaña electoral. El Yunque dice, es una herramienta que usan los herreros. Y se vanagloria del apoyo incondicional de su familia hacia su campaña electoral.
Por su parte, el perredista Alejandro Encinas presume su relación matrimonial, por una gran estabilidad. Hasta parece que el mensaje llevaba jiribilla. La publicación, resalta que Encinas es el único que da a conocer los montos de sus cuentas bancarias -320 mil pesos-. Y reconoce en Peña Nieto, su gran manejo de imagen personal, pero advierte que es: un tigre con pies de barro.
