En los trabajos de movilización electoral de los partidos políticos se han encendido los focos amarillos para la jornada del próximo 3 de julio cuando sean los comicios para gobernador. Reportes meteorológicos señalan que el día de la elección será lluvioso, lo que por sí solo dificulta las tareas partidistas para que su voto duro se desplace a la casilla y emita el sufragio a su favor. El abstencionismo se ve amenazante. Se requerirá de un doble esfuerzo para que las metas electorales se cumplan satisfactoriamente.
La mayor preocupación es para el PRI, que sea cual sea el resultado electoral, depende significativamente de su movilización, de su estructura electoral, y de sus tareas de promoción del voto. Si llueve, y se dificulta el desplazamiento de sus simpatizantes hacia las casillas, las cuentas proyectadas podrían caer en el resultado final. La clave para el PRI es iniciar su movilización electoral desde las 7 de la mañana, para ser los primeros en votar y en algunos casos reemplazar a los funcionarios de casilla.
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Alejandro Encinas está convencido de que convocar al voto útil lo alejará de Luis Felipe Bravo Mena. Por ello, a través de declaraciones a la prensa, y versiones de redes sociales, se insiste en la necesidad de declinación del panista. Lo cierto es que no debe haber una declaración expresa para que la acción electoral del panismo favorezca a Encinas. Bastaría con una declinación de facto, para que el día de los comicios, la balanza y músculo de panistas se vaya a favor de Encinas.
Mientras que el equipo panista, encabezados por Javier Corral –delegado del CEN del PAN- arremete en contra de la cerrazón de López Obrador. Le reclama, el diputado federal, que el político tabasqueño interpuso su interés personal, egoísmo y soberbia, para obstaculizar la alianza PAN-PRD. Si en estos momentos, esos partidos fueran coaligados, las condiciones de competencia serían equitativas. No obstante, el comentario de Corral incentiva la posible declinación –múltiplemente negada- de Bravo Mena a favor de Encinas. El presidente Calderón estudia los escenarios factibles de la elección.
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Los rivales políticos del peñismo, que hoy se han adherido a la campaña de Eruviel Ávila, son resultado de la negociación política. El Gobierno del Estado de México ha abierto expedientes penales y auditorías pendientes, que se encontraban en reserva- pero que son de alta efectividad- y con ello logró la percepción arrasadora de Eruviel que ha logrado sumar a su campaña a panistas, perredistas, petistas, entre otros colores.
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Las encuestas no son tan alentadoras para el priísmo, eso es lo real. La guerra de cifras establece que Eruviel Ávila ronda los 42 puntos de intención del voto. Alejandro Encinas se estima andar sobre los 30 puntos de preferencias electorales. Mientras que Luis Felipe Bravo Mena asciende a los 15 puntos del electorado. Si Bravo Mena declinara por Encinas, la votación se vuelve reñida, de alta competitividad, y de pronóstico reservado.
