Hoy será el último día hábil que tienen los gobiernos para difundir acciones o eventos públicos. A partir del próximo lunes, los Poderes Ejecutivo y Legislativo deberán bajar la cortina sobre la propaganda de sus actos. Se inundará del tema electoral, de las propuestas de campaña, de los discursos políticos, y también se avizora, un largo temporal de guerra sucia. Muchos esperan que no se cumplan los pronósticos, que en su momento hizo Luis Miranda sobre las tormentas de lodo, que podrían salpicar hasta al mejor portado de la administración estatal.
Y aunque la Ley establece que no se lucre electoralmente con las acciones de gobierno, Enrique Peña Nieto ha anunciado que él seguirá en campaña, perdón, en actividades públicas. Que lo único que evitará será emitir comunicados. Pero continuará el acarreo a sus eventos, la entrega de dádivas, la inauguración de obras, y demás efectos colaterales con intenciones de proselitismo disfrazado. Quizá ya confiado en que el Tribunal Electoral y sus buenos oficios con María del Carmen Alanís le otorgue impunidad absoluta de aquí a los comicios de 2012.
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Cuando aún no inician las campañas electorales, lo que sucede en los partidos políticos es muestra fiel del caos social que vive el país. Divisiones, fracturas, traiciones, simulación entre otros calificativos es lo que evidencian todos los adversarios políticos que pretender gobernar la entidad más poblada del país. Las voces de inconformidad, resuenan por todos lados, aunque en algunos casos con mayor eco, pero todo es parte de lo mismo, la falta de democracia al interior de los mismos partidos.
Lo que sucede en el Partido Verde Ecologista no es una casualidad, ni tampoco una coincidencia. Es cierto que su militancia ha sido desplazada por priístas de cepa. Basta revisar nombres de las bancadas legislativas, tanto local como federal, para darse cuenta de que el priísmo tiene un nuevo sector partidista: Miguel Sámano, Adrián Fuentes, Alejandro del Mazo, y el nada afortunado Francisco Funtanet que le echa más leña al fuego, asumiéndose como priísta.
Pero esa parece ser la rutina del resto de la chiquillada. PANAL, PT y Convergencia ante la carencia de cuadros políticos, se plegaron a opciones que los volvieran competitivos, o ganadores. Los partidos políticos como una franquicia de votos. Las ideologías rebasadas, los proyectos de gobierno en el tintero, y lo que realmente importa es la acumulación de prerrogativas electorales, o la pauta de spots que a cada partido político le corresponden para las campañas.
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Cuando el panismo busca explicaciones sobre su precario posicionamiento electoral, encuentra su respuesta fundamental en Felipe Calderón. Los niveles de aceptación del calderonismo pasean por la calle de la amargura, y el hartazgo social, a lo que se suma sus antecedentes electorales. Mientras el PRI, tiene en la imagen de Peña Nieto, su principal activo político. El PRD, hace lo propio con Andrés Manuel López Obrador, quien en 2006 alcanzó 2.5 millones de votos en la entidad y ganó en la entidad más poblada. En segundo lugar, como dato anecdótico, quedó relegado Felipe Calderón.
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Muy animado por decir lo menos, se le vio el pasado miércoles al alcalde de Huixquilucan Alfredo del Mazo Maza. En la zona VIP del Estadio Azteca, Del Mazo Maza estuvo presente en el primer concierto del grupo irlandés U2, de quien se declara fan absoluto.
