El grupo político de Ulises Ramírez, a través de Octavio Germán Olivares, buscan achacar su fracaso electoral del 1 de julio a “traidores” panistas. Es indudable que la derrota es responsabilidad de la dirigencia partidista, del desgaste del gobierno calderonista pero sobre todo, del secuestro que ha perpetrado el grupo de Ulises al panismo mexiquense. El PAN ha sido incapaz de revertir el desastre de 2009, y ampliado para este 2012.
Muchos panistas que vieron el hundimiento del barco, saltaron a tiempo al priísmo sobre todo de quienes siempre fueron muy cercanos a Peña Nieto. A Juan Rodolfo Sánchez –último alcalde panista en Toluca- no le preocupa una posible expulsión del blanquiazul. Por ahora se ocupa de buscar acomodo en el gabinete de Peña Nieto. La danza de los billetes y el reparto de cargos públicos cautivó a muchos panistas para jugarle la contra a su partido.
Los perredistas dan de brincos por el triunfo obtenido en Neza. Aunque el PRI mantiene la apuesta de que la elección municipal sea anulada. La única posibilidad de que los priístas retengan el Ayuntamiento, es que los comicios se repitan por el cochinero y las irregularidades de los mismos. El Tribunal Electoral tiene una bomba de tiempo por las presiones de partidos, de candidatos y de los propios consejeros que enrarecen el entorno.
En el perredismo, reflexionan sobre la necesidad de unir a las izquierdas para los comicios de 2015. De haber ido juntos en las elecciones del 1 de julio, la izquierda habrían ganado municipios como Tenango del Valle, donde el priísmo simplemente sudó la gota gorda con todo y efecto Peña. Pero sobre todo, ven en Neza, el centro de operaciones para recuperar el control político que detentaron en el oriente del estado.
El PRI no sacó el carro completo, pero mantuvo 9 de los 10 municipios más poblados de la entidad. Su problema radica en que no todos ven con buenos ojos a Raúl Domínguez Rex. Los golpes debajo de la mesa buscan defenestrarlo de la dirigencia estatal del priísmo. Para mala suerte de quienes intentaron el madruguete de una eventual renovación, deben saber que el líder de la CTC cuenta con todo el respaldo de Eruviel Ávila.
Los que más ganan para no variar son los partidos satélite. Partido Verde y Nueva Alianza, sin despeinarse tendrán presencia en la menos 50 municipios, y bancadas legislativas con todas las prebendas económicas sin siquiera haber triunfado en un solo distrito. El reparto de cuotas y la sobrerrepresentación legislativa ha jugado a favor de sus intereses.