La tarjeta denominada La Efectiva, que fue una de las principales ofertas de campaña de Eruviel Ávila en su campaña electoral de 2011, permanece como uno de los reclamos más fuertes a los candidatos priístas que están en campaña. La gente está enfurecida, porque el plástico que se les entregó hace un año, actualmente no sirve ni para abrir puertas. Lo que ayer fue un “efectivo” mecanismo proselitista, hoy es un obstáculo frente al electorado, que amenaza con emitir votos de castigo en la jornada electoral.
Operadores electorales del PRI tienen una preocupación. Han consultado con funcionarios de alto nivel de la Secretaría de Desarrollo Social, quienes han reconocido que aun pasando las elecciones, la tarjeta Efectiva será desechada, y no funcionará como una credencial de acceso a programas asistenciales. En gobierno del estado, reconocen que el reparto de la tarjeta fue indiscriminado durante la campaña, los poseedores de la misma, no en todos los casos, reúnen los requisitos para recibir los programas.
Desde la oficina de Elizabeth Vilchis se reconoce que el empadronamiento de la tarjeta “La Efectiva” fue un desastre. Los programas sociales se aterrizarían en máximo dos por familia de escasos recursos, sin embargo, hay casos donde por cada hogar existen hasta tres o cuatro personas poseedoras de una “efectiva”. Los promotores del voto de la elección de 2011, repartieron “efectivas” como si fueran dulces, y hoy las respuestas no son del todo favorables para quienes buscan de nueva cuenta el voto.
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Parte de la desavenencia que tuvo el gobernador Eruviel Ávila con el gobierno federal por la suspensión de actividades en la presa de Valle de Bravo, es porque ahí es el sitio predilecto por el mandatario para descansar en fines de semana. Un golpe a la actividad turística de Valle de Bravo, pegó directo a los afectos de Ávila Villegas, quien ayer ya intentó hacer las paces con el presidente Felipe Calderón. Eruviel acompañó a Calderón en un evento de la Cruz Roja Mexicana desarrollado en la capital mexiquense.
Ávila Villegas elogió a Felipe Calderón por su lucha contra el crimen organizado. Aunque de fondo, en el asunto de la estrategia anticrimen, entre ambos hay una grave división. Hasta la fecha, los titulares de Seguridad Ciudadana y de la Procuraduría de Justicia no han cumplido con los exámenes de control de confianza. El gobierno estatal argumenta que es suficiente con las evaluaciones hechas por su centro, y es hora que siguen sin ponerse de acuerdo. Calderón amenaza con tomar revancha presupuestal.
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A los candidatos a distintos cargos de elección popular les urge un curso en redes sociales. O simplemente, a quienes les manejan el Facebook y el twitter, les hace falta mayor supervisión. Un ejemplo claro, es el de Fernando Maldonado, candidato del PRI a diputado federal, quien presume entre sus propuestas de campaña que buscará “modernizar el sistema penitenciario moderno”, lo que evidencia que la “modernidad y las nuevas tecnologías” no es lo suyo del ex secretario de Transporte.
