Toluca, Edomex. 31 de mayo de 2016.- Pudo más el conservadurismo que la posibilidad de contar con una legislación progresista de amplio reconocimiento a los derechos humanos. Eruviel Ávila se doblegó ante la presión de la jerarquía eclesiástica para recular sobre la posibilidad de legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo. La comunidad de grupos homosexuales deberá esperar un tiempo indefinido para gozar de su derecho legítimo a que les sea reconocido jurídicamente sus uniones civiles.
Bastó una orden desde la oficina del gobernador, para que toda la legislatura mexiquense se alineará en la misma ruta de rechazo a las bodas gays. La batalla legal que parecía haberse ganado en favor de grupos vulnerables, simplemente se pulverizó con la presión del clero y una marcha por las calles. Valió más la opinión de la Iglesia católica que la simulación de foros académicos, la determinación de la Suprema Corte desde hace más de un año, y la deliberación legislativa, la cual por cierto, nunca existió.
Está claro que los tiempos electorales han alcanzado a la clase política mexiquense. A casi un año de los comicios para gobernador, la élite gobernante refrendó sus componendas con la élite religiosa. Eruviel es un hombre cercano al clero desde sus inicios políticos. Sus vínculos con el exobispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda le permitieron su ascenso al poder político, y hoy confirma su relación estrecha con el catolicismo. De forma intempestiva, se sumó a las plegarias para evitar los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Lo cierto es que las bodas gays no son una concesión o un obsequio a los grupos vulnerables. Se trata, en esencia, de un mero reconocimiento a los derechos humanos de los homosexuales. La modernización del código civil no puede sujetarse al capricho ideológico de grupos conservadores. Si bien, en la democracia se imponen las mayorías, en materia de derechos humanos resulta indispensable la protección de las minorías.
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En el gabinete eruvielista podría venir una última oleada de cambios tras el quinto y penúltimo informe de gobierno previsto para el mes de septiembre. Las modificaciones tendrían un efecto inmediato en la toma de decisiones para ungir al próximo candidato a gobernador. Ahí, Eruviel pretende dar un último mensaje sobre el banderazo de salida oficial a los aspirantes priístas, pero también sobre sus afectos y simpatías sobre su eventual sucesor en la gubernatura.
Nadie descarte que los cambios que pudieran generarse en el cuarto trimestre del año tengan impacto en otras estructuras del gobierno, incluido el reparto de poder en la legislatura mexiquense. En un ejercicio pleno de un presidencialismo añejo, Eruviel valora la permanencia de Cruz Roa en la coordinación de la bancada priísta, así como de sus operadores políticos en el congreso local. La intentona, responde a fuego amigo entre los precandidatos priístas.
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