Toluca, Edomex; 29 de noviembre de 2022.- En julio de 2018, tras la victoria de Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial, una de las mayores suspicacias entre sus críticos sería su relación con el sector empresarial. A cuatro años de distancia, el tabasqueño goza de una cercanía con los hombres y las mujeres que toman las grandes decisiones en materia de capital privado.
Para muestra un botón, el domingo pasado, en la explanada del zócalo capitalino se observó la presencia del mexiquense, Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial; como invitado especial al informe presidencial con motivo de cuarto año de gobierno. Personaje cercano a Francisco Funtanet, quien marcó la posición empresarial durante el sexenio peñista.
A la distancia, los empresarios se han sacudido los temores del gobierno lopezobradorista, y en algunos estados incluso, han financiado las campañas electorales de los candidatos morenistas. En el Estado de México, confluyen intereses mayúsculos entre el sector empresarial, y particularmente de negocios con el gobierno; pero está claro que Morena también tiene forma de pasar la charola hacia el 2023. Las élites económicas tendrán su propia elección.
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Para dimensionar un poco la marcha a favor de López Obrador del pasado domingo, más allá de fustigar la capacidad de movilización de los morenistas; habría que poner en la balanza su alta popularidad entre la población.
Resulta inimaginable, por no decir que imposible, pensar en la idea de que en diciembre de 2016, el entonces presidente, Enrique Peña Nieto, hubiese encabezado una marcha -aunque fuese con acarreados- para celebrar el cuarto año del regreso del PRI a Los Pinos, puesto que su debacle ya era insostenible.
Para entonces, ya le habían explotado en las manos tres escándalos que marcaron su gobierno: la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa en septiembre de 2014; la revelación de la Casa Blanca en noviembre de ese mismo año; y la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán en julio de 2015.
El peñismo tendría para entonces, la peor evaluación presidencial, desde que se tienen registros cuantitativos sobre las calificaciones de la clase gobernante.
Por tanto, sus apariciones públicas debieron realizarse en escenarios siempre controlados; y la ecuación se heredó para gran parte de los priístas en activo.
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En el equipo de trabajo y el círculo más cercano de Alejandra del Moral, se afirma que, la coordinadora por la Defensa del Estado de México no ha viajado recientemente a España; ni ha tenido encuentro alguno con el exgobernador, Enrique Peña, como se difundió ayer en este mismo espacio.
En atención a su derecho de réplica, detallan que, la izcallense está dedicada a sus tareas políticas; y la semana pasada, únicamente sostuvo reuniones de carácter privado.
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