OFF THE RECORD 29-03-2024
Toluca, Edomex; 29 de
marzo de 2024.- Nadie debería llamarse a sorpresa. Las dos coaliciones
electorales conformadas para las elecciones locales del Estado de México están
sujetas a revisión. Desde diversos frentes, todas han presentado un grado de
inconformidad por las militancias partidistas que se han sentido desplazadas.
El grado de tensión es mayor en algunos municipios con respecto a otros. Las
negociaciones se mantienen abiertas. La toma de decisiones será asumida por las
élites políticas. Lo que menos importa es la opinión de sus militantes, y todo
se reducirá al pragmatismo electoral.
El plazo vence el 9 de
abril, y cualquier ajuste trastocará la definición de las candidaturas a
alcaldes y diputados locales. Quizá eso explica que, hasta el momento,
solamente Morena ha dado a conocer los nombres de 50 candidaturas a las
presidencias municipales que serán inamovibles. Si la alianza se extiende en
algunos municipios, impondrán sus candidatos. Ahora bien, si la coalición se
rompe en algunas demarcaciones, sus postulaciones serán invariables. Asumen,
con cierta arrogancia, que el efecto AMLO seguirá jugando a su favor.
En el Partido del
Trabajo, como nunca antes, han expresado su derecho de pataleo porque en las
elecciones de 2018 y 2021 les han impuesto candidatos como propios que después
han renunciado a su militancia. Después de tantos años como partido satélite
muestran preocupación en construir cuadros políticos y extender su posicionamiento
territorial. Sin embargo, andan en búsqueda de candidatos porque lo que menos
tienen son estructuras electorales.
Hacia el Partido Verde hay
escepticismo absoluto. En Morena ven con preocupación y profundo rechazo a la
incorporación de tantos priístas y panistas a su bloque de coalición electoral.
En la coyuntura actual, también hay poca claridad sobre el liderazgo real entre
los ecologistas. Por un lado, José Couttolenc que representa la dirigencia
oficial. Y por otra parte, Eruviel Ávila que presume ascendencia política con liderazgos
nacionales. Ambos con una larga de lista de actores políticos a quienes les
prometieron el sol y las estrellas desde el PVEM.
En el PRIAN, el resultado
hasta ahora ya es conocido. Han pretendido acorralar al PRD en su acuerdo electoral,
mientras pretenden quitarle cuatro candidaturas a diputaciones locales y 35
posiciones de privilegio en regidurías municipales. Después de las elecciones
de 2023, ninguno de los tres partidos opositores puede asumir que tiene el peso
electoral con el que negoció la alianza de hace tres años. Y está claro que,
tanto panistas como perredistas quedaron mucho a deber en los comicios de la gubernatura
por más pretextos que pongan.
El PAN no debería
confiarse tanto de la mesa de negociación que preside el PRI. Basta recordar
que es el mismo partido que encabeza Alejandro Moreno; y que hoy más que nunca
tiene el control del priísmo mexiquense por interpósita persona. Lo mismo que han
aplicado hoy a los perredistas, podría revertírseles en cualquier momento en
agravio del panismo local; y eso no lo vale ni siquiera su anhelada senaduría
de primera minoría.