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OFF THE RECORD 28-05-2024

Toluca, Edomex, 28 de mayo de 2024.- Alejandra del Moral se volvió nota nacional, pero no por sus buenas formas. Hace apenas un mes, juraba que se mantendría firme en su militancia priísta, porque sus convicciones iban más allá de una dirigencia. A la distancia, con un cálculo político y electoral inmejorable renunció al PRI, y con un discurso plagado de ambigüedades dejó que Claudia Sheinbaum le diera la bienvenida a su proyecto político. Esa fragilidad en las posiciones ideológicas -de uno y de otro lado-, es lo que tiene al votante en el hartazgo social y la defenestración política de su clase gobernante.

 

Unir es resolver, decía uno de los muchos fallidos slogans de Alejandra del Moral en la campaña por la gubernatura mexiquense. Y ayer se cumplió la premisa: la exdirigente priísta unió a todos los del bloque opositora, pero en su contra. La decisión de Alejandra sólo fortaleció el mito de la entrega política del Estado de México, lo cual también genera una disyuntiva. Las burocracias partidistas hablan de la entrega del Estado, como si fuese una “plaza” de grupos criminales; y peor aún, desestiman las decisiones del votante por convicciones propias. Alejandra no es la primera ni será la última en partir a Morena, claro está.

 

El más afectado en la retahíla de reacciones políticas fue Alfredo Del Mazo, quien hasta ahora ha preferido guardar silencio. Sus detractores querían verlo de embajador, tan pronto como dejara la gubernatura, cosa que no ocurrió. Luego barajaron su nombre en las listas de senadores “pluris” de Morena, y tampoco apareció. Su futuro político se ha pretendido adivinar a base de especulaciones. Lo cierto es que el exmandatario no ha dado señales tampoco a favor del bloque opositor. Su ausencia política alimenta las teorías de la conspiración de que la elección del año pasado se arregló en lo oscurito, para hacer ganar a Morena.

 

Alejandra del Moral no tiene un centímetro de congruencia en su decisión. Desde el 2017 -cuando fue por primera vez dirigente priísta- y hasta el 2023 -cuando sucumbió en las urnas por la gubernatura-, machacó un discurso antimorenista porque eran gobiernos que dividían, que improvisaban, que destruían al país. Siempre se dijo del lado correcto de la historia, a partir de que su padre le había inculcado valores priísta. Despotricó inconmensurablemente a quien se iba a Morena, pero desestimaba a esos militantes, porque asumía que el partido era más fuerte que cualquier liderazgo social. Ayer, todo ese discurso debió quedar sepultado para su historia personal, pero no para el olvido de sus seguidores.

 

En diversos grupos de chats, donde Alejandra del Moral anunció su decisión renunciar al PRI, se victimizó por la intransigencia de una dirigencia que le cerró las puertas. Quienes padecieron a Del Moral como dirigente priísta mexiquense, saben y reconocen que no fue la lideresa más incluyente. Antes como ahora -en el PRI nacional y estatal-, lo que ha privado desde esa posición es el rencor político en la toma de decisiones; y se ha privilegiado a sus grupos políticos. La izcallense se duele de algo que ella puso en práctica durante muchos años. Y ni siquiera eso, parece una razón suficiente para brincar a lo que durante años criticó.

 

No hay que perder de vista que a Alejandra del Moral no es muy afecta a una austeridad en su vida personal. Le gusta asistir a eventos como el Superbowl, a peleas de box en Las Vegas, y a corridas de toros a Madrid, España, en los lugares más exclusivos. Su lado más humilde fue ir a la Bombonera cuando buscaba ser gobernadora. Aunque por ahora, ha sido bien recibida en la acera morenista, se debe evaluar que Del Moral es parte de esa clase aspiracionista que tiende a la ostentosidad. Y por ahora, sigue casada con un priísta: Mariano González Aguirre. ¿Acaso también ya renunció al PRI que tanto lo cobijó desde la dirigencia de Alejandro Moreno?

 

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Hacia la jornada electoral del domingo 2 de junio, las esperanzas del priísmo local están concentradas en mantener sus bastiones electorales de la zona norte del estado. Es ahí, donde el PRI podría obtener más triunfos, en donde se confía por ejemplo en la elección consecutiva de Ruth Salazar como presidenta municipal de El Oro, quien ha presentado una campaña electoral muy sólida y que podría ratificarle tres años más al frente del gobierno municipal.

 

En esa ecuación, podrían también confirmarse su hegemonía en Aculco, Acambay, San Felipe del Progreso, Polotitlán, Timilpan, Jocotitlán y Jilotepec. Con una alta competencia se encuentran otras demarcaciones como Atlacomulco -que da nombre al mítico grupo político-; además de Temascalcingo, donde busca la reelección José Luis Espinoza Navarrete, uno de los más cercanos a Alejandra del Moral.

 

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