Mariano Camacho Sanmartín y Francisco Ozuna Rodríguez representan a los nuevos juniors de la política mexiquense. Mariano, hijo del ex gobernador César Camacho, está inscrito en la planilla que competirá por el ayuntamiento de Metepec, y tiene asegurado un lugar en el cabildo del trienio 2012 – 2015, más allá del resultado que pueda o no favorecer a su candidata a alcaldesa Carolina Monroy del Mazo, quien ya perdió por ese mismo puesto en 2006. El lugar de privilegio de Mariano cuenta ya con la garantía de insertarse en la lista de regidores.
Su padre, César Camacho –actual presidente de la Fundación Colosio- operó lo necesario para que su hijo, sin mucha trayectoria política se sumara a la planilla priísta por el ayuntamiento de Metepec, municipio que en alguna ocasión gobernara el ex mandatario. La designación de Mariano Camacho, según se sabe, no cayó del todo bien en el ánimo de Carolina Monroy, la candidata a la presidencia municipal, que debió aceptar la inclusión del junior a cambio de garantizar la unidad del priísmo. La encomienda electoral sin embargo no será cosa sencilla.
Francisco Ozuna Rodríguez es el otro caso de nepotismo que se destaca en la integración de las planillas por los ayuntamientos. Ozuna, hijo de Alejandro Ozuna –delegado del CEN del PRI en Jalisco- movió sus influencias para que su vástago fuera incluido en la lista de regidores por el municipio de Toluca, cuya candidatura encabeza Martha Hilda González Calderón. Con el único mérito que otorga la sangre, Francisco Ozuna también tiene garantizado su lugar en el cuerpo edilicio de la capital mexiquense, incluso ante la posibilidad de una derrota priísta.
Pero obvio que no es el único caso. Como ya se ha mencionado hasta el cansancio ahí están las candidaturas de Laura Barrera, Sergio Mancilla, Alfredo Torres, Suelen Bernal, Irazema González, Denisse Ugalde, David López y otras tantas al amparo de las dinastías priístas. El viejo PRI con sus acostumbradas usanzas, podrían pagar en las urnas el empecinamiento por hacer del poder un ejercicio de herencia, y no una acción de servicio. Con mucha razón, existe militancia agraviada, y que en las últimas semanas han manifestado su inconformidad a las imposiciones.
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En la competencia por el Senado de la República, cuando se otea a la propaganda panorámica es evidente la saturación por parte de la fórmula priísta Ana Lilia Herrera Anzaldo y María Elena Barrera Tapia. Parece que los candidatos panistas Óscar Sánchez Juárez y Laura Rojas; así como el perredista Alejandro Encinas, aún aguardan su estrategia electoral y a quince días de iniciadas las campañas electorales no hay presencia relevante de sus candidaturas.
En los mítines ocurre lo mismo. Ana Lilia y Barrera Tapia estuvieron el fin de semana en Acambay, junto al candidato a diputado federal Miguel Sámano. Ayer, Herrera arropó a Carolina Monroy para declararla candidata a alcaldesa de Metepec. Mismo caso de María Elena, que acompañó a Martha Hilda en su unción como abanderada a la presidencia municipal de Toluca. Ambas ex alcaldesas han tomado una ruta de amplia presencia por aire y por tierra, mientras que sus contrincantes parece ya dieron por adelantada su derrota.