Toluca, Edomex. 25 de febrero de 2016.- Este jueves, se cumple un año de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación otorgó un amparo a cuatro parejas del mismo sexo radicadas en el Estado de México, a quienes dio la posibilidad de contraer matrimonio, aun cuando el Código Civil mexiquense sólo contempla dicho derecho para las uniones entre hombre y mujer. En ese momento, el máximo tribunal del país dio un plazo de seis meses para ajustar la legislación civil, y hasta Eruviel Ávila presentó una iniciativa en marzo del año pasado.
En julio pasado, la Suprema Corte emitió una jurisprudencia para que todos los estados ejercieran los cambios legales necesarios y permitir las bodas gay. En general, la normativa actual -incluida la mexiquense- fue considerada discriminatoria y anticonstitucional. La encomienda era modificarla obligatoria y urgentemente pese a las resistencias conservadoras del panismo, y el rechazo de algún sector del priísmo. El PRD por su parte, aprovechó el momento idóneo para acercarse a la clientela de grupos homosexuales con celeridad.
La legislatura pasada, tomó como pretexto que estaba integrada por demasiados suplentes, producto de las campañas electorales. De mes en mes, la legalización de los matrimonios del mismo sexo se arrinconó en la congeladora. La actual legislatura, que entró en funciones en septiembre pasado, ya dejó pasar un periodo ordinario de sesiones sin avances o discusiones al tema. Lo cierto, es que no hay marcha atrás y más allá de ataduras ideológicas, se debe legislar para permitir los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Es lamentable y reprobable la actitud omisa asumida por la legislatura mexiquense, en tanto que vulnera contra uno de los sectores sociales que tradicionalmente ha padecido marginación, exclusión y segregación. Los legisladores, anteriores y actuales, sólo representan a sus intereses particulares, a una élite política y se alejan del principio básico de representación ciudadana que tanto pregonan pero al que tan fácil claudican.
————–
Bajo el arropo del gobernador Eruviel Ávila, el alcalde de Tecámac, Aarón Urbina Bedolla ayer rindió protesta como presidente de la Federación Nacional de Municipios de México (Fenamm). De manera forzada, Urbina pretende incrustarse como parte de los precandidatos a la gubernatura mexiquense. En su tercer periodo como alcalde, Aarón considera que tiene la trayectoria y los méritos para suceder a Eruviel Ávila. La lista simplemente no está cerrada, y hasta ahora sigue incompleta.
Aarón Urbina puede considerarse uno de los precandidatos con mayores limitaciones, con una oratoria que lo delata, además de un historial personal y político que lo persigue. Su lealtad es también vulnerable. Su fuerza radica en la incansable carrera que le ha permitido tener cargos de elección consecutivos desde 1996. Tampoco es un priísta nato ni convencido. Pese a todo, Aarón tiene los afectos de Eruviel, quien ya lo hizo presidente de la legislatura mexiquense y ahora presidente estatal de la Fenamm.
Comentarios a contacto@www.planamayor.com.mx