Toluca, Edomex, 23 de julio de 2024.- Alejandro Moreno ya es oficialmente candidato a la dirigencia nacional del PRI, para reelegirse en el cargo que ha tenido los resultados más catastróficos en la historia del partido. Las voces críticas y opositoras no sólo se han silenciado, parecen muy débiles frente a su imposición. En el priísmo mexiquense corre la ruta de su legitimación. Dentro de algunos meses, vendrá un efecto dominó en los comités estatales, lo que hace suponer que Ana Lilia Herrera recorrerá el mismo camino para postularse como candidata a la dirigencia de PRI local. Sólo es cuestión de tiempo.

Quien de manera sigilosa avanza en apropiarse del control político del PT es Fernando Vilchis. Hasta el próximo mes de agosto, fungirá como alcalde de Ecatepec, de cuyo encargo deberá solicitar licencia para incorporarse como diputado federal en San Lázaro. Por ahora, cada fin de semana se ha dedicado a organizar foros de consulta sobre la Reforma Judicial, cuyo propósito ha consistido en construir una estructura propia que le permita asumir la toma de decisiones entre los petistas. El otrora líder moral, Óscar González ha perdido el dominio de la franquicia. Y a partir de septiembre, Vilchis asumirá con mayor preponderancia ese poder político.

Anuar Azar también camina sin obstáculos para reelegirse como dirigente del PAN. Las élites de su partido han tomado la decisión de mantener el control político por tres años más, aunque no siempre con los mejores resultados. La militancia que ha sido desplazada, también ha construido una oposición muy débil al interior de su partido. La mayoría de quienes apoyan la reelección del panista lo hacen por conveniencia política. No hay razones para pensar que la relección de Azar será un aliciente para mejorar los resultados electorales en los comicios del 2027 o 2029.

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Hace cinco años, desde la Legislatura local se impulsó eliminar las pensiones de los exgobernadores mexiquenses. En el análisis de la iniciativa, se determinó que los exmandatarios -todos de origen priísta-, no tenían una retribución económica; sin embargo, sí tenían destinado a su servicio, personal administrativo y de seguridad sin una justificación legal. Para sorpresa de muchos, ayer se pudo conocer que Arturo Montiel sí es beneficiario, pero de la Pensión del Bienestar que otorgar el gobierno federal. El exgobernador recibe sus seis mil pesos bimestrales para sufragar sus gastos personales.

Sobra decir que el priísta vive en el residencial Los Encinos, uno de los fraccionamientos más exclusivos del Estado de México. Y más allá de las acusaciones que libró por enriquecimiento ilícito al final de su mandato; también presume de diversos negocios personales que le hacen tener una vida resuelta para el resto de sus días y de sus futuras generaciones. Pese a todo, Montiel sí goza del apoyo económico y es parte del padrón de beneficiarios. Está en su derecho de tener esa pensión universal, pero evidentemente no es una ayuda que necesite. No sabemos qué tal durmió, pero vaya que sabe vivir bien.