Toluca, Edomex; 23 de enero de 2025.- Hace dos meses, el 22 de noviembre, la Universidad de Guadalajara eligió a Karla Planter como la primera rectora de dicha institución de educación superior, luego de 232 años de historia académica. El antecedente parece haber marcado un referente para otras universidades del país. En el espectro de la entidad, la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) está encaminada a tener su primera rectora a partir del mes de mayo. En esta efervescencia política, al interior de la UAEMex, hoy solo resaltan nombres de mujeres para suceder a Carlos Eduardo Barrera Díaz. No hay una decisión tomada, pero esa parece ser la encomienda para los próximos cuatro años de la Máxima Casa de Estudios de la entidad. En la parte positiva es que sí, sí hay los perfiles suficientes para que la contienda interna se desarrolle abiertamente con académicas, investigadoras o funcionarias de la institución.
En los tiempos políticos, siempre relevantes, todos esperan únicamente que se desarrolle el cuarto y último informe de actividades del rector en funciones -el próximo 3 de marzo-, lo que marcará el banderazo de salida para lanzar la convocatoria a la sucesión universitaria; y vengan los tiempos de campaña electoral. La decisión final se concentra en una élite denominada Consejo Universitario, y es ahí, donde la deliberación podría decantar la elección definitiva. Antes, se hablaba de una línea política desde las esferas de gobierno. Hoy con el régimen morenista en funciones, el proceso interno y la deliberación es una incógnita. Aunque está claro que si algo hay en el interés de la gobernadora Delfina Gómez es la toma de decisiones con el rubro educativo.
En el olvido ha quedado aquella iniciativa impulsada por Morena hace casi cinco años, en la que se pretendía abrir la elección del rectorado a toda la comunidad universitaria. Sin duda, los tiempos cambian, y no es lo mismo pensar como oposición, a tener el ejercicio del poder como partido en el gobierno. La sucesión de la rectoría está cerca. En las redes sociales de quienes aspiran, hay evidencia de una promoción personalizada, algunos con mayor formalismo, otras más con mayor frivolidad. Y la rectoría universitaria sí forma parte del interés del Poder Ejecutivo, pero dejará correr los tiempos y asumirá una posición cuando sea el momento necesario, quizá hasta el mes de mayo.
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La reforma judicial impulsada por los Poderes Ejecutivo y Legislativo parece insuficiente. No basta con incidir en la elección de jueces y magistrados por parte de los votantes mexiquenses. Un asunto todavía más apremiante son los tiempos aletargados que padecen quienes tienen que acudir ante las instancias jurisdiccionales. Sólo por poner un ejemplo, basta con saber que, hace ya un año de la detención de Raymundo Martínez Carbajal -exalcalde de Toluca-, y el acusado enfrenta el proceso penal en libertad, y todavía no se puede determinar su culpabilidad o inocencia, ni mucho menos el castigo o sentencia en caso de resultar responsable de las imputaciones. Y por el mismo estilo, Diego Moreno Valle de Tianguistenco. Eso sólo por mencionar los expedientes más expuestos entre la opinión pública. Algo anda mal en el sistema de justicia, y no únicamente la designación de los juzgadores.
Lo cierto es que, para el oficialismo la reforma ya aprobada cumple con los propósitos políticos y hasta con las promesas de campaña de la más reciente elección. Mientras que, para el bloque opositor -hoy desarticulado y sin una agenda común desde lo legislativo-, los temas de la discusión pública parecen reducirse a «oponerse» a todo, y proponer muy poco, o prácticamente nada de lo que realmente afecta a la vida cotidiana de los mexiquenses. Ambos bandos, viven en la burbuja de la clase gobernante.
