Toluca, Edomex. 21 de abril de 2016.- El PRI del Estado de México es un partido que de forma permanente piensa en elecciones. En las próximas semanas se realizará la renovación de las dirigencias municipales de al menos 81 comités que se encuentran acéfalos, derivado de que muchos de sus dirigentes asumieron cargos públicos desde el pasado mes de enero, como consecuencia del inicio de los gobiernos municipales. A más de un año de distancia, el priísmo mexiquense ya se prepara para las elecciones de gobernador del año entrante.
La maquinaria priísta mexiquense es una estructura territorial que moviliza el voto de forma clientelar. En esa lógica siempre es necesaria la renovación para evitar el desgaste de las estructuras. Entre mayo y agosto próximo, los consejos políticos, los seccionales y demás organismos partidistas deberán remplazarse, lo que otorgará un amplio poder político a los actuales alcaldes. El empoderamiento de los actuales presidentes municipales, va en función de que se hagan responsables de los comicios del año entrante.
Al final en el ejercicio del poder, el desempeño de las elecciones de gobernador es para los alcaldes una primera evaluación para jugar en los comicios pero de ¡2018! Un primer elemento de eficacia, fue la elección de autoridades auxiliares que se realizó hace algunas semanas. Desde ese primer ejercicio, el priísmo midió su capacidad de acción y coacción. En algunos municipios ratificó su hegemonía y en otros incluso recuperó el terreno perdido. Las autoridades auxiliares son esencia el primer filtro de estructura partidista.
En paralelo, el PRI mexiquense ya juega en otras elecciones. Como ocurre desde hace 15 años, la estructura del priísmo del Estado de México ya ha sido comisionada para la operación electoral en las 12 elecciones estatales que estarán en disputa el próximo mes de junio. La infinidad de delegados regionales, distritales y municipales del PRI mexiquense recibieron la instrucción para emigrar a 12 estados. Del resultado de junio entrante, también depende la evaluación de quienes son los operadores electorales priístas.
Tan efectiva parece la maquinaria del PRI del Estado de México, que la principal preocupación del priísmo es la definición del candidato a gobernador. La hegemonía del PRI mexiquense se compara a los tiempos en que el candidato priísta se convertía de facto en el próximo presidente de México. En esa ecuación, el próximo candidato priísta a gobernador puede considerarse de facto en el sucesor de Eruviel Ávila. La oposición se encuentra dividida y su voto muy disperso, que difícilmente podrá juntar la fuerza necesaria para derrotar al PRI en la tierra natal de Peña Nieto.
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