Toluca, Edomex; 20 de julio de 2022.- Ricardo Aguilar y Carlos Iriarte salieron por la puerta de atrás de sus encargos en el priísmo nacional. Ni siquiera tuvieron oportunidad para despedirse en la conferencia de medios en que los reemplazaron. Su remoción tiene el tufo de una salida negociada en la que se trata de zanjar las diferencias entre Alejandro Moreno y Alfredo Del Mazo.
Por sus magros resultados electorales, Aguilar e Iriarte debieron renunciar desde el pasado 6 de junio, luego del fracaso en cuatro gubernaturas, dos de ellas en poder del priísmo: Hidalgo y Oaxaca. Sin embargo, su ambición personal concentrada en suceder a Alfredo Del Mazo, los hizo aferrarse al cargo.
Alito ofertó las cabezas de los mexiquenses como salvamento al despacho de dirigente nacional del PRI; en una jugada doble: integrar a distintos exgobernadores -Yucatán, Durango, Zacatecas y Colima- al gabinete tricolor, y congraciarse con Del Mazo, quien requiere del control absoluto en el proceso interno de su partido para construir una alianza, y definir su candidatura.
Con la renuncia de Aguilar e Iriarte, el proceso interno priísta ya no tendrá injerencias desde el centro; esas que tanto dañaron a la sucesión de Hidalgo. El gobernador en turno -y su círculo más cercano- han dado un paso al frente para impulsar la continuidad del proyecto delmacista, algo que no ocurre desde el montielato, cuando el proceso sucesorio se decantó a favor de Enrique Peña.
Ricardo Aguilar ya no tendrá soporte para mostrarse como el representante de Alito en los eventos del priísmo local. Iriarte estará más ausente que nunca. Aunque no pueden descalificarse de la contienda interna -ante su legítima aspiración y sus vínculos políticos-, se puede concluir que les han impuesto un freno desde Toluca, que tuvo resonancia en Insurgentes Norte. Mal y de malas.
A Ricardo le queda vigente su buena relación política con Alejandra del Moral; mientras que Iriarte, podría dirigir sus esfuerzos a la voluntad eruvielista.
Un dato que no debe pasar desapercibido, en medio de los cambios en el PRI nacional, es la ratificación de Mariano González Aguirre -pareja sentimental de Alejandra del Moral- como secretario de Atención para los Estados en Oposición; quien a partir del 2023 tendrá más trabajo ante el avance morenista irrefrenable.
Lo cierto es que, Ricardo y Carlos, podrán dedicarle más tiempo y empeño a su labor legislativa que tienen absolutamente abandonada desde hace un año. Para muestra un botón: en doce meses, Aguilar sólo ha presentado dos iniciativas como proponente; Iriarte presentó dos iniciativas, una de ellas la retiró posteriormente. Ninguna de las tres propuestas vigentes se ha aprobado.
A unas horas de los ajustes al gabinete tricolor, la gobernadora de Campeche, Layda Sansores ha lanzado una nueva amenaza en contra de Alito, que trastoca el núcleo político del Grupo Atlacomulco. La morenista advierte que, ahora ya no difundirá “audios”, sino conversaciones que relacionan a Moreno, una de ellas con Del Mazo, que evidencian la fractura entre ambos liderazgos priístas.
Los ajustes podrían ser insalvables para el futuro de Moreno, quien no renuncia.
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