La mayor preocupación que por ahora tiene bajo llave, en un profundo análisis, al equipo que asesora a Enrique Peña Nieto es garantizar un blindaje a prueba de todo. Desde hace más de dos años, en la víspera electoral de 2009, el entonces secretario general de gobierno Luis Miranda Nava ya hablaba sobre las guerras de lodo como frase premonitoria a lo que estaba por venir. A 24 meses de distancia, la amenaza permanece latente, y los asesores que protegen a Peña Nieto no han encontrado la vacuna. El gran balance de estas vacaciones pasa por ese concienzudo examen interno.
Los errores de diciembre cometidos por Enrique Peña, que no fueron pocos ni ligeros, tienen en estado de alerta a la «grey» mexiquense. No obstante, el círculo rojo del aspirante presidencial sigue cegado por la soberbia de la amplia preferencia electoral como si esta fuera una circunstancia permanente, o etérea, sin darse cuenta con el enemigo está en casa. La oscura noche asoma la vista sobre el priísmo, que parece pensar que ésta, será una elección tan fácil como la del 2005, cuando el carisma del atlacomulquense arrasó en las urnas. Pero ésta, como dijera la abuela… es otra historia!!!
A diputados federales y locales los bajaron con todo y maletas de sus vacaciones por Europa y cruceros por el Caribe. Desde la oficina central de campaña de Enrique Peña se giró la instrucción para que nadie abandone el país. Los representantes populares deben estar localizables para cualquier emergencia. Saben que en cualquier momento el gobierno federal empezará a dinamitar los casos que podrían convertirse en escándalo en torno al priísta, y se requiere de la presencia de los mexiquenses, antes de que el resto de la nomenklatura del partido arroje la toalla como en 2000 y 2006.
El PRI ha comenzado el diseño de su respuesta. Los primeros ataques son contra Andrés Manuel López Obrador. Desde cuentas de correo electrónico y twitter, difunden la poca destreza académica del tabasqueño, quien acumuló casi 14 años para cursar la licenciatura en Ciencias Políticas por la UNAM, y donde sumó un sinfín de materias reprobadas. Una historia ya conocida desde 2006, y que no le quitó tantos votos como el emblemático «cállate chachalaca» o la guerra sucia enmarcada en «el peligro para México». Hoy, el discurso de reconciliación de AMLO tiene preocupados a la derecha y al centro.
También dan como un hecho la candidatura de Josefina Vázquez Mota en el PAN, a quien tratan de vincular con Felipe Calderón y su fallida estrategia contra el crimen organizado que ha cobrado más de 60 mil muertos. Con poco éxito tratan de comparar las administraciones de Peña y Calderón, sin que exista mucha diferencia, pues están marcados por la misma política económica, y actitudes autoritarias que sacrifican los avances democráticos tanto del país como de la entidad. Escupir para arriba puede resulta contraproducente.
En el fondo, el equipo de Peña Nieto poco ha podido hacer frente a sus propios errores, marcados por la ignorancia de los libros que no se recuerdan, la actitud discriminatoria de llamar «prole» a quienes lo critican, y la arrogancia para responder «no soy la señora de la casa». Si fuera pelea de box, por decisión unánime irían perdiendo la contienda. Lo peor de todo, es que según parece, la pelea aún no comienza.