Toluca, Edomex; 19 de enero de 2023.- Ahora sí, Alejandra del Moral ha comenzado su precampaña electoral de manera formal. La colocación de anuncios espectaculares, instalada entre febrero y diciembre del año pasado, bajo pretexto de entrevistas en revistas impresas y digitales, fueron sólo un subterfugio de promoción personal. A partir de ayer miércoles, la imagen de Alejandra volvió a inundar el espacio urbano del Estado de México; pero ahora sí, en su calidad de precandidata, con el logotipo de su partido, y sin ninguna intención de darle la vuelta a la legalidad.
Lo cierto es que, tanto Del Moral como Delfina Gómez ya se adueñaron de los anuncios espectaculares más visibles del Estado de México. En una política tradicional, ambas parecen estar convencidas de que a mayor gasto existirá en automático un mayor éxito de su proselitismo. Lo que es evidente es el despilfarro financiero, y la enorme contaminación que generan los cientos de anuncios espectaculares, que serán utilizados solamente durante 30 días para efectos de precampaña, y dos meses en el periodo de campaña electoral; y cuyo material terminará en el bote de la basura.
Está claro que, los gastos de la precampaña son excesivos y exorbitantes, y podrían rebasar por mucho los 43 millones de pesos fijado como tope de gastos por la autoridad electoral. Al gasto visible en las calles de los 125 municipios, se debe agregar los actos públicos de las precandidatas desde la renta del templete, sillas y sonido; la movilización de sus simpatizantes como el pago de autobuses y lunches; y hasta la impresión de lonas con fotografías o el nombre de quienes ya están en la contienda interna. Muchos otros gastos ocultos los partidos simplemente no reportarán. Y faltan las campañas.
Las redes sociales volverán a ser fundamentales para las campañas electorales. Ahora, las precandidatas han puesto en marcha sus cuentas personales de Tik Tok, en el que tratan de conectar con el electorado más joven, y eventualmente, con un contenido más dinámico de sus actividades de precampaña, y sus spots promocionales. Se trata de tener presencia en todas las plataformas digitales posibles, y de mostrar el músculo político no solo en los mitines masivos, sino hasta en los seguidores virtuales.
En antaño se decía a manera de broma que las bardas no votaban, para hacer alusión que, no necesariamente el candidato con mayor número de pintas tenía garantizado el triunfo. En la coyuntura actual, se puede establecer que, ni los anuncios espectaculares ni los seguidores de redes sociales -miles de bots entre la clase gobernante- votan; y por tanto, la expectativa de triunfo se construye desde otras acciones, como por ejemplo, las estructuras electorales. Por ahora, lo que importa es saturar con la imagen de los partidos y de sus candidatos. Y muy pronto vendrán las famosas campañas de contraste.
Esto es apenas el comienzo de un gasto innecesario. La mayoría de los mexiquenses tiene otro tipo de prioridades. Es un porcentaje muy menor quien desde ahora está interesado en el proceso electoral por la gubernatura del Estado. En su mayoría desconocen con claridad hasta la fecha de la elección. La efervescencia solamente permea entre las élites políticas. Algo ha hecho mal la clase gobernante para haber generado el hartazgo y la defenestración social que padece. Sin embargo, en las maneras de hacer campaña electoral -solo utiliza plataformas novedosas-, pero sigue con la política tradicional que apuesta al acarreo de sus votantes a sus mitines y a las casillas electorales.
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