Toluca, Edomex. 18 de junio de 2015.- A dos meses de su cuarto informe de gobierno, el balance electoral de Eruviel Ávila es positivo. Salvo los casos de Huixquilucan y Naucalpan, el resto de municipios prioritarios fueron retenidos por el PRI. En la raya pero logró mantener una mayoría simple con diputados del PRI, PVEM y Nueva Alianza. El control político pertenece al priísmo en la tierra natal de Enrique Peña, como principal consigna para Ávila. El principal reto político de cualquier gobernante es mantener el poder y Eruviel cumplió en lo más urgente.
El cuarto informe de gobierno, representará para Ávila quizá su mejor momento político. El primer informe fue opacado por la presencia de Enrique Peña como presidente electo de México. En el segundo siempre luchó contra los fantasmas de su defenestración como mandatario mexiquense. El tercer informe eruvielista transcurrió por la imposición de medio gabinete a través de enviados desde Los Pinos. En este cuarto informe Eruviel tiene todo para asumir el protagonismo político que tanto reclama a nivel estatal y municipal.
En contraste, su antecesor Enrique Peña alista ya su tercer informe de gobierno como presidente de México, en lo que será hasta ahora el momento más complejo de su mandato. El tercer año del poder peñista desde Los Pinos ha traído las mayores crisis a su gobierno. De septiembre de 2014 a agosto de 2015, transcurrieron los hechos de Ayotzinapa, se descubrió la masacre de Tlatlaya, se conoció el tema de la Casa Blanca, surgió una sospecha corruptora que alcanza a los altos mandos. En el informe de Peña se esperan respuestas por parte de los sectores más radicales a su postura política.
A pesar de los benevolentes resultados electorales del PRI, Peña Nieto está obligado a observar el vaso medio vacío, es decir, reconocer que también una gran mayoría votó en contra de su partido. Pensar que el balance de su gobierno puede ser victorioso por imponer hegemonía puede resultar un error costoso. Hasta ahora las reformas estructuras son intangibles para el electorado de a pie, por mucho que en los discursos se insista sobre la transformación del país.
—————-
Por muchas impugnaciones que sean presentadas respecto de las elecciones pasadas, los partidos políticos en general saben que poco se podrá revertir. En muchos casos sólo se trata de propaganda mediática y actos desesperados frente a la derrota. Por la credibilidad de los comicios, poco podrá modificarse de lo sucedido en la jornada electoral. Más impensable resulta la remota posibilidad de anular elecciones cuando no existieron de forma ostensible irregularidades en el desarrollo de los comicios.
Poco a poco los magistrados electorales deberán desahogar las más de 100 impugnaciones hasta ahora presentadas por los partidos políticos y los candidatos. Unos a otros se acusan de las peores prácticas electorales y de la masiva compra del voto. Todos pecan de la sistemática violación a las leyes electorales, lo que explica en gran medida el hartazgo social frente a la clase política, y lo cual se reflejo en el alto abstencionismo en las urnas.
Comentarios a contacto@www.planamayor.com.mx