Toluca, Edomex; 18 de enero de 2023.- Apenas van cuatro días de precampaña, y ya parecen una eternidad. Acarreo de simpatizantes, anuncios espectaculares, acusaciones mutuas, promesas insostenibles, lugares comunes, denuncias permanentes, conferencias y arengas, fotografías posadas, discursos impostados, la militancia en segundo plano y lo que se acumule en la semana.
A partir de este miércoles, Alejandra del Moral intentará convencer a los priístas de ser la mejor opción -y la única con registro- para ser candidata a la gubernatura. En la misma ruta, Delfina Gómez, recorre el estado para ganarse la nominación -aunque también es precandidata única- para ser gobernadora.
Pese a que las precampañas están dirigidas a militantes y simpatizantes priístas y morenistas; con Del Moral ya aparecieron las dirigencias del PRD y Nueva Alianza. Mientras Delfina se ha dejado querer por ecologistas y petistas. Y su propaganda inunda y contamina todo el espacio urbano del territorio estatal.
Las precampañas tampoco estarán exentas de los primeros escarceos de una batalla electoral. Delfina se dedicará a guardar las formas; pero Mario Delgado y Horacio Duarte, serán los hombres de la confrontación cada que sea necesario.
Alejandra elevará el discurso en contra de la 4T. Urgen las definiciones en su equipo para determinar el posible relevo en la dirigencia priísta -que no le robe la nota en el día de su registro-; y del coordinador de su campaña para estar parejos. Alito es una persona non grata en el proselitismo mexiquense.
Lo cierto es que, Delfina y Del Moral ya están en campaña.
La texcocana tiene como prioridad la zona oriente -en los municipios gobernados por morena- para alcanzar una copiosa votación en la región de Ecatepec, Neza, Chalco, Ixtapaluca, Chimalhuacán y Texcoco. Quieren una alta ventaja electoral para que no haya lugar a dudas, frente a un eventual triunfo de la morenista.
La priísta se concentrará en la zona poniente del Valle de México, en municipios de mayor población como Tlalnepantla, Naucalpan, Cuautitlán Izcalli, Cuautitlán, Atizapán; y otros municipios prianistas como Coacalco, La Paz, Toluca, Metepec, Zinacantepec, Lerma, San Mateo Atenco y Atlacomulco. Su apuesta es una contienda cerrada, que se defina por las estructuras electorales.
A estos factores de decisión, se suman otros elementos coyunturales: la campaña que haga Juan Zepeda desde Movimiento Ciudadano -que carecerá del arropo que recibía de las estructuras perredistas y del impulso gubernamental de Erasto Martínez y José Manzur- de la contienda de 2017. No obstante, al priísmo le conviene que tenga una campaña en crecimiento; y evitar la polarización entre Del Moral y Delfina; y el voto de castigo como condimento.
Además de los candidatos independientes que cumplan con los requisitos de las leyes electorales; y que, estos se sumen a la contienda electoral; pero además, le arrebaten votos suficientes al morenismo. El PRI le apuesta a la atomización del sufragio en diferentes candidatos, y diversas posibilidades, para alcanzar la retención del poder público.
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